Secta: la promesa de pertenencia que te quita la libertad
Este artículo, elaborado junto al jefe de nuestra clínica, Vasily Shurov, explora qué hay detrás de las sectas, cómo se organizan y por qué resultan tan atractivas. También muestra señales claras para reconocerlas y evitar convertirse en su víctima. La definición clásica de secta ha sido debatida durante años. Según el Diccionario Ozhegov, la secta es una corriente religiosa que se ha separado de un credo y se opone a él; sin embargo, ese marco no agota las dimensiones del fenómeno. Otros enfoques la describen como una agrupación que se opone al mundo y a los intereses de la sociedad. Para la psicología social, son estructuras que quitan a las personas su derecho a decidir y suplantan intereses individuales por los del grupo. Una definición más precisa la ofrece Vitaliy Pitánov: una secta es cualquier comunidad que, de forma consciente, genera dependencia en sus miembros y les priva de autonomía.
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Por qué se vuelven tan atractivas: satisfacer necesidades insatisfechas
Las sectas captan sobre todo porque prometen satisfacer necesidades sociales que a menudo quedan sin cubrir: aceptación, reconocimiento, pertenencia y realización personal. A veces, al inicio, lo consiguen: te reciben con sonrisas, te escuchan y te incluyen. No hace falta esforzarse para encajar; basta pertenecer al grupo. Ejemplos cotidianos muestran este efecto. Un persona solitaria encuentra afecto y atención; otro joven, que no sabe cómo acercarse a las personas, entra a un entrenamiento que promete enseñarle a seducir en cinco minutos. En ambos casos parece haber un progreso rápido, pero es una ilusión: el aprendizaje real tarda o no llega.
Quién dirige y por qué caen víctimas
Los líderes de sectas suelen ser carismáticos y grandes oradores; se sitúan por encima del grupo y no toleran objeciones. A veces parecen cálidos y cercanos, pero siempre mantienen el control desde una posición de superioridad. No es raro que sus fines sean principalmente materiales: casas lujosas, resorts y buena comida. Este estilo de vida contrasta con las exigencias de ascetismo que imponen a los seguidores y sirve como prueba de su “gran destino”. La vida del líder, más que un mensaje, es una señal de lo que la secta promete a quienes se suman.
Qué pasa cuando alguien entra en una secta
La persona que ingresa puede perder mucho: familia, amigos, carrera, bienes y, sobre todo, salud mental y física. Su vida pasa a girar en torno al servicio a la secta. Se exige un estilo de vida ascético, ayunos, oraciones y predicación; a veces se duerme poco y se está constantemente arrepentido por errores pasados. Estas manipulaciones buscan generar inseguridad, culpa y estrés, de modo que la única salida percibida sea adherirse a las reglas para esperar una vida “mejor”.
Cómo proteger a tus seres queridos
La recuperación de un sectario es posible, pero difícil: requiere ayuda profesional, preferentemente psicoterapia. No existen métodos coercitivos que funcionen. Señales de alerta: pérdida de autonomía, aislamiento, renuncia a la familia y entrega total al grupo. Si detectas estos signos, habla con la persona con empatía y busca apoyo de un profesional de la salud mental; la confrontación directa rara vez funciona. Lo más importante es ayudarle a recuperar su agencia y su vida fuera de la secta. Te invitamos a dejar tus preguntas y comentarios para futuras investigaciones y reportajes.