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Viaje de chocolate: 2.400 millas, 24 horas y un antojo que cruzó fronteras

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Una fanática del chocolate llevó su antojo a un extremo inesperado: volar 2.400 millas para una ruta de 24 horas y abastecerse de Ferrero Rocher Pocket Coffee, un bombón con espresso dentro que no se consigue en el Reino Unido. La hazaña dejó a sus amigos boquiabiertos y demostró que el deseo puede mover fronteras.

Viaje de chocolate: 2.400 millas, 24 horas y un antojo que cruzó fronteras

La ruta imposible: Londres a Cluj-Napoca para un único dulce

Takacs, de 35 años y chef, viajó desde Londres a Cluj-Napoca, Rumanía, el 15 de septiembre para abastecerse de Ferrero Rocher Pocket Coffee, un chocolate con espresso que no se consigue en el Reino Unido. Salió tras su jornada laboral alrededor de las 22:00 y llegó a Cluj a las 3:15 de la madrugada. Pasó el día en su ciudad natal, aprovechando para hacer compras (incluido un imán de nevera) y para recorrer la ciudad.

La ruta imposible: Londres a Cluj-Napoca para un único dulce

Un costo mínimo para una obsesión: 150 dólares en total

El viaje de ida y vuelta, incluyendo vuelos y compras, tuvo un precio total de solo 150 dólares. Takacs explicó que la gente se sorprendía al escuchar su plan: “Todos pensaron que estaba loca, ya que algunos de los artículos que compré se pueden encontrar en Londres en tiendas de origen rumano, pero no Ferrero Rocher Pocket Coffee” (traducción de sus palabras). La viajera no solo buscó dulces: también disfrutó de un día de turismo y nostalgia, buscando el imán perfecto para su colección.

Un costo mínimo para una obsesión: 150 dólares en total

17 vuelos en busca del sabor: la obsesión que crece

Takacs afirma que las salidas extreme day trips han sido parte de su vida: ya ha completado 17 de estas aventuras y planea más. A sus ojos, la emoción de descubrir nuevos lugares con un presupuesto muy reducido y la satisfacción de añadir un recuerdo tangible —un imán— hacen que valga la pena.

17 vuelos en busca del sabor: la obsesión que crece

Más allá de Rumanía: el fenómeno de volar por una comida

Este tipo de viajes no es único. Cada vez más gente cruza fronteras para probar un plato de un restaurante y regresar el mismo día. Por ejemplo, Mikaela Ian Pearman, que vive en Bermuda, gastó 350 dólares para volar a Nueva York, probar Tatiana —el restaurante de Kwame Onwuachi— y luego volar a Colombia al día siguiente. “Fue la perfección”, afirmó a The Post. También se menciona que algunas personas viajan solo para disfrutar de una comida y volver, a veces desde otros países.

Más allá de Rumanía: el fenómeno de volar por una comida

¿Qué opinas? Deja tu comentario

La historia invita a reflexionar: ¿valen estas odiseas para obtener un sabor único o son un gasto extremo para un pequeño placer? ¿Te atreverías a intentar una 'extreme day trip' por un artículo especial? Comenta abajo y comparte tu opinión.

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