Viajar en el tiempo ya no es fantasía: es una cuestión de ingeniería
Antes, los viajes en el tiempo quedaban confinados a la fantasía y a la ciencia ficción; ahora, según Michio Kaku, es simplemente un problema de ingeniería. En Princeton, a mediados del siglo XX, Einstein descubrió que sus propias ecuaciones podían ocultar una posibilidad real: viajar en el tiempo. Si logramos entender y construirlo, no sería magia: sería un duro desafío tecnológico que podría convertir lo imposible en un problema de diseño.
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El nacimiento de la idea: de la corriente del tiempo a sus remolinos
Einstein pensaba que el tiempo era como un río. Su colega Kurt Gödel descubrió que ese río podría formar remolinos que devuelven al observador al pasado. Décadas después, Roy Kerr demostró que un agujero negro giratorio no colapsa a un punto, sino a un anillo: un espejo cósmico capaz de conectar no solo dos lugares en el espacio, sino dos tiempos. De estas ideas nacen las ecuaciones de los agujeros de gusano, túneles que, en teoría, podrían enlazar regiones lejanas del espacio-tiempo y funcionar como máquinas del tiempo. El obstáculo no es teórico sino energético: para mantenerlos abiertos se necesita energía negativa, materia exótica que, en teoría, podría aparecer gracias al efecto Casimir.
Los obstáculos prácticos y la materia exótica
El reto principal es práctico: la estabilidad de los agujeros de gusano y los efectos cuánticos que podrían destruirlos. Además, falta una teoría unificada de gravedad y mecánica cuántica, lo que dificulta la viabilidad de estas máquinas del tiempo. Como resultado, viajar en el tiempo continúa siendo un tema mayormente de pensamiento experimental.
¿Podrá hacerse realidad algún día? Perspectivas de Kaku y Hawking
Michio Kaku insiste: todo depende de las matemáticas; necesitamos tecnologías para convertirlas en realidad. La física describe posibles caminos, pero la ingeniería debe construirlos. Stephen Hawking, que en los años 90 ironizó sobre la ausencia de turistas del futuro, terminó admitiendo que la física sí permite viajar en el tiempo, aunque quizá no sea práctico.
La pregunta final: ¿ya hemos sido visitados? ¿O seremos observadores del futuro?
¿Si viajar en el tiempo es posible, ya hemos hecho el viaje sin saberlo? ¿Podrían visitantes de un futuro lejano observar nuestra historia con indiferencia, como miramos un hormiguero? Y como decía Kaku: "La vida sin milagros es como un cielo sin estrellas. Los escépticos ven solo hechos, y los soñadores, mundos. Cree en los misterios y ellos te responderán con magia. Lo más increíble a menudo se oculta más allá de lo imposible."