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Un visitante interestelar cambia de color: 3I/ATLAS entra en una nueva era de preguntas cósmicas

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En las próximas semanas, 3I/ATLAS se aproxima a su punto más cercano al Sol y continúa fascinando a los astrónomos. Aunque se lo considera principalmente un cometa procedente de fuera de nuestro sistema solar, ya ha mostrado signos que lo distinguen de los cuerpos que solemos ver cerca de la Tierra. Sus observaciones revelan que cambia de forma: la cola se alarga y la coma—una densa atmósfera de gas y polvo que rodea su núcleo—se hace más prominente. Esos rasgos son típicos de un cometa que cruza el Sol a velocidades imposiblemente altas, pero las lecturas de telescopios sensibles también han detectado propiedades inusuales que prometen mantener a la comunidad científica ocupada durante años.

Un visitante interestelar cambia de color: 3I/ATLAS entra en una nueva era de preguntas cósmicas

El visitante: 3I/ATLAS, un cometa interplanetario descubierto por ATLAS

El objeto es ampliamente considerado un cometa interplanetario y su descubrimiento se atribuye al equipo del telescopio ATLAS, del que toma el nombre el cuerpo. Las observaciones iniciales muestran rasgos inusuales en su evolución a medida que se acerca al Sol. Entre otros hallazgos, se ha notado que su coma cambia de color y que la explosión de material expulsado crea condiciones distintas a las habituales en cometas conocidos. En la última campaña, Michael Jäger y sus colegas aprovecharon el eclipse lunar total para tomar una imagen profunda de 3I/ATLAS bajo el cielo oscuro de Namibia.

El visitante: 3I/ATLAS, un cometa interplanetario descubierto por ATLAS

El giro cromático: de rojo a verde y las posibles explicaciones

Una de las sorpresas más llamativas es que la coma de 3I/ATLAS pasó de emitir una luz roja a verde. Este cambio coincidió con el eclipse lunar y ha generado diversas hipótesis entre los científicos. Avi Loeb ha señalado que este fenómeno podría deberse a un incremento pronunciado en la producción de cianuro, acompañado por otros elementos como el níquel. Estas reacciones químicas podrían intensificarse a medida que el objeto se acerca al Sol. Los datos del equipo ATLAS, que detectó el objeto y dio origen a su nombre, sugieren que su evolución anómala no es meramente la dispersión de la luz por polvo, sino la aparición de pequeños granos helados y brillantes que cambian la opacidad de la pluma de material expulsado por 3I/ATLAS.

El giro cromático: de rojo a verde y las posibles explicaciones

¿Artefacto extraterrestre o cometa extraordinariamente atípico?

Avi Loeb ha planteado en varias ocasiones la posibilidad de que 3I/ATLAS sea un artefacto de una civilización inteligente. Sin embargo, las observaciones acumuladas hasta ahora fortalecen la hipótesis de un origen natural, aunque ciertamente fuera de lo común. Entre los datos relevantes, el objeto parece estar dominado por dióxido de carbono, que representa aproximadamente el 87% de su masa. Su trayectoria orbital, que lo acerca de forma inusual a Marte, Júpiter y Venus, también lo distingue de los cometas típicos. Aun así, 3I/ATLAS permanece como un caso extraordinario frente a los hielos y rocas que conocemos.

¿Artefacto extraterrestre o cometa extraordinariamente atípico?

Qué nos enseña 3I/ATLAS y qué esperar de su estudio

El descubrimiento proviene del equipo ATLAS, que fue el primero en observar el objeto y le dio su nombre. La evolución de su coma sugiere un cambio en la naturaleza del material expulsado: de la dispersión de la luz por polvo a la creación de pequeños granos helados brillantes que aumentan la opacidad de la pluma. Los astrónomos seguirán observando 3I/ATLAS con distintas herramientas para entender su composición y su origen, y para aprender qué nos revelan estos visitantes interestelares sobre otros sistemas solares. Esta historia nos recuerda que el cosmos está lleno de sorpresas y que estudiar estos objetos puede ampliar nuestra comprensión de la diversidad de mundos que existen más allá de nuestro sistema solar.

Qué nos enseña 3I/ATLAS y qué esperar de su estudio