Tres millones de turistas, maletas abandonadas y una azotea que florece: Japón convierte el abandono de equipaje en jardín
Entre marzo y abril, Japón recibió más de tres millones de turistas extranjeros. Las reglas de manejo de basura, a veces extrañas, llevaron a que muchas maletas viejas quedaran abandonadas en las calles mientras los viajeros compraban otras. Ante este fenómeno, un hotel encontró una solución sorprendente: plantar vegetales y flores en maletas olvidadas, convirtiendo el residuo en cultivo ecológico y gastronómico.
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El problema cotidiano: maletas abandonadas y costos de desecho
El aumento de visitantes extranjeros dejó maletas abandonadas en calles y depósitos improvisados. Algunas maletas están dañadas y no pueden repararse; otras son reemplazadas durante viajes y quedan sin uso. En hoteles pequeños, una maleta abandonada aparece una o dos veces al mes.
La idea audaz: Niwa Tokyo transforma maletas en macetas
El Niwa Tokyo, a unos 200 metros de la estación JR Suidobashi, decidió convertir maletas abandonadas en macetas para un huerto en la azotea. El director general Satoshi Ebunuma cedió ese espacio para cultivar sin fertilizantes, y luego usar esos productos en el restaurante. Para las macetas, emplearon maletas que ya estaban desechadas. En el huerto se cultiva lemon grass, menta, espinaca y varias hierbas para tés, además de romero para la carne. En total se plantaron 25 tipos de hortalizas y frutas, como berenjenas, melones y tomates.
La acogida y el dilema de los visitantes
Los huéspedes valoran la idea ecológica y la aplauden, pero entre el 80% y el 90% de los visitantes son extranjeros, lo que explica la abundancia de maletas. En el hotel, un equipaje aparece una vez o dos al mes; algunas pertenencias están dañadas o son reemplazadas durante escapadas a la ciudad. Las maletas se guardan temporalmente en el patio trasero para evitar que alguien las retire; si no se reclaman, la eliminación cuesta alrededor de 1000 yenes por maleta.
¿Un futuro sostenible para el equipaje olvidado?
La eliminación de maletas sigue siendo un reto costoso para hoteles, especialmente los pequeños. Algunas personas ya contemplan convertir maletas en mini-colmenas para abejas u otros usos, buscando transformar desecho en recurso. La experiencia de Niwa Tokyo sugiere que, con imaginación, lo descartado puede alimentar la sostenibilidad y el turismo. Cierre del artículo: «¡Los japoneses se salvan! Suscríbete y comenta».