Robots con músculos vivos: la revolución que convierte tejido en motor
Un equipo de la Harvard Medical School, dirigido por la doctora Su Rion Shin, investiga una generación de robots que se mueven y crecen como seres vivos. El estudio, publicado en el International Journal of Extreme Manufacturing, propone usar tejido muscular vivo como actuador en lugar de engranajes y motores. Estos robots prometen movimientos más precisos, adaptabilidad y una integración más estrecha con contextos biológicos.
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Robótica biohíbrida: dos músculos que trabajan juntos
Para lograrlo, se exploran dos tipos de músculo: el esquelético, activado por señales eléctricas, y el cardíaco, capaz de mantener un latido rítmico por sí solo. Cada tipo aporta ventajas distintas, pero requieren condiciones de vida adecuadas fuera del cuerpo humano para mantenerse viable. La robótica biohíbrida busca combinar estas fibras con estructuras sintéticas para crear sistemas funcionales.
Cómo se cultivan estos músculos: tecnología de punta
Los investigadores emplean técnicas avanzadas como la bioimpresión 3D, el electroformado, sistemas microfluídicos y la autoorganización celular. Estas herramientas permiten diseñar construcciones precisas que inducen el crecimiento y la coordinación de células, transformando músculo cultivado en actuadores operativos.
Desafíos para la producción a gran escala
Aun quedan obstáculos para la producción a gran escala: los prototipos actuales no son lo suficientemente resistentes ni duraderos ante las demandas del mundo real. Para superar estas limitaciones, el equipo propone tres estrategias: impresión multicomponente para reforzar las estructuras, estructuras perfusables para suministrar nutrientes a las células y soluciones modulares que aumentan la adaptabilidad de los robots.
Un futuro en el que la tecnología se integra con el cuerpo humano
Los especialistas ven grandes perspectivas para la adopción de la robótica biohíbrida en múltiples industrias. Según la doctora Shin, la próxima generación podría ofrecer movimientos de alta precisión, mayor capacidad de adaptación e integración con el organismo humano, abriendo una nueva era de interacción entre tecnología y seres vivos.