Ríe en las barras de Oxford Street mientras vende cocaína a la clase media: el albanés Erik transforma Londres en su imperio clandestino
El joven albanés Erik, 25 años, sonríe ante la cámara encubierta y revela cómo convirtió Londres en su empresa: vender cocaína a clientes de clase media que frecuentan las barras de Oxford Street y Soho. Nuestro equipo lo acompañó para entender su red desde dentro. Erik dice que acaba de salir de la cárcel tras ser sorprendido con seis bolsitas de cocaína en su poder. Lo más inquietante es que su negocio depende de anuncios en redes sociales. Publicó su teléfono en el grupo de Facebook “Albanian Community in the UK” y, junto a cuentas de TikTok, se ofrecen puestos para traficantes de cocaína.
In This Article:
- De camarero de bares de lujo a traficante de cocaína: Erik forja una red entre clientes de clase media
- La economía de la cocaína en Reino Unido: dominio albanés, salarios millonarios y redes sociales
- El ciclo de entrada y salida: asilo, barcos y la facilidad de reingresar a Reino Unido
- Respuestas y desafíos: endurecer la ley, frenar la red en línea y reformar el sistema de asilo
De camarero de bares de lujo a traficante de cocaína: Erik forja una red entre clientes de clase media
En una reunión de media hora, Erik se presenta como un traficante experimentado que vende cientos de libras de cocaína a clientes que conoce cuando trabajaba como camarero en Oxford Street y en los bares de Soho. Al preguntarle por la policía, dice que en el Reino Unido es mucho más laxa que en su país de origen: “Aquí es mejor la policía”. “En el otro lugar te destrozan la cara; allá tienen de todo, incluso armas. Ellos disparan.” Cuando nuestro equipo le preguntó si tenía miedo, respondió: “No sé qué decir”. Relata que solía vender hasta 800 libras de cocaína al día en las barras de Oxford Street y Soho. Después de que la policía arrestara y le confiscara el teléfono, afirma que dejó la línea y dejó de beber para no arriesgar su juicio. Ahora busca volver con un nuevo plan, usando su grupo de Facebook para ofrecerse como repartidor, aunque su objetivo real sea vender cocaína.
La economía de la cocaína en Reino Unido: dominio albanés, salarios millonarios y redes sociales
Este negocio no es un caso aislado: el mercado de cocaína en Gran Bretaña está siendo dominado por bandas albanesas. El National Crime Agency (NCA) dijo el año pasado que el tráfico de drogas de origen albanés está activo en ciudades, pueblos y zonas rurales de todo el país. Las bandas albanesas están sacando cientos de millones de libras en efectivo del Reino Unido cada año. Para Erik, la demanda en el centro de Londres es tan alta que los dealers recurren a las redes sociales para reclutar. Un dealer en Londres puede ganar 1.700 libras a la semana, más de 88.000 al año; al no pagar impuestos, ese salario equivale a 145.000 libras anuales, situándose entre el 1% o 2% mejor pagados del país. Los grupos de albaneses usan Facebook, TikTok y otras plataformas para publicar ofertas de trabajo de “conductor” o “repartidor”, con pagos de entre 1.400 y 2.100 libras por semana, a veces utilizando el emoji de copo de nieve para evadir filtros. Hoy, la mayor parte de la cocaína en Gran Bretaña la venden bandas albanesas. Su historia, que comenzó hace casi dos décadas, se apoya en una calidad alta del producto, violencia y un lema económico: “vende barato y vende más”.
El ciclo de entrada y salida: asilo, barcos y la facilidad de reingresar a Reino Unido
La ruta de llegada de muchos criminales pasa por la inmigración y el asilo, a veces a través de barcos que llegan a Dover. Aunque las reclamaciones se resuelven, muchos quedan en el sistema y luego salen a la calle para volver a actuar. Así, algunos traficantes pueden reingresar a Gran Bretaña y continuar su negocio sin perder la conexión con sus redes. En redes sociales, bandas publican ofertas de trabajo para dealers, a veces escondidas bajo claves como “points” para cocaína y con emojis de copo de nieve para evitar las normas. Un poster se presentó como Saimir y dijo haber llegado en un barco y no tener papeles; ofrecía vender 60–80 gramos al día, seis días a la semana, en Londres Este. En Swindon, Nottingham y otras áreas, varias redes han sido desmanteladas: el grupo “Denzel” en Swindon, los casos de Marios Mecani y Xhanluka Duraj en Nottinghamshire; y otros. Las sentencias han sido de entre tres años y medio y ocho años; algunos condenados fueron deportados o están en camino de serlo. Expertos señalan que este ciclo de deportación y regreso es un problema estructural que exige reformas profundas.
Respuestas y desafíos: endurecer la ley, frenar la red en línea y reformar el sistema de asilo
El Home Office afirma que no permitirán que el sistema de asilo sea explotado y que endurecerán las medidas contra redes criminales y tráfico en línea. La NCA sostiene que las plataformas deben cooperar para frenar la promoción y venta de drogas; TikTok ha eliminado cuentas que promovían ofertas de cocaína y Facebook no respondió a nuestra solicitud de comentarios. Analistas y abogados señalan que, aunque hay esfuerzos, sin cambios sustantivos en la legislación y en la gestión de fronteras, el ciclo de arrestos, deportaciones y reingresos continuará. Este no es solo un caso de Erik: es un reflejo de un sistema que facilita que las bandas albanesas accedan a la economía británica y mantengan sus redes de violencia. La historia de Erik recuerda que la cocaína entra por redes sociales, por asilos y por fallos de control; y que proteger a las familias británicas exige cambios políticos y tecnológicos.