¿Puede la vida viajar entre planetas? La misión rusa que llevó moscas, ratones y microorganismos para probar la panspermia
Un satélite ruso cayó al suroeste de Moscú a principios de mes, pero no iba vacío: llevaba aproximadamente 1.500 moscas, 75 ratones, semillas, microorganismos y varios tejidos celulares. La misión Bion-M No 2 buscaba estudiar cómo afecta el espacio a estos seres vivos y, además, poner a prueba una idea audaz: la panspermia. Para explorar la teoría de la panspermia, los investigadores incrustaron cepas bacterianas en rocas basálticas y las colocaron dentro de la envoltura de la nave, para ver si podrían sobrevivir a la reentrada incendiada a la Tierra, según la información publicada por Roscosmos en Telegram y citada por Space.com. El proyecto fue una colaboración entre Roscosmos y el Instituto de Problemas Biomédicos (IBMP) de la Academia de Ciencias de Rusia. Alexander Anatolyevich, investigador del IBMP, afirmó en Telegram: "si alguna de estas cepas estudiadas sobrevive, sería una evidencia contundente a favor de la lithopanspermia". Al momento, no hay información oficial sobre el estado de los microbios espaciales, pero imágenes compartidas por funcionarios rusos en Telegram muestran a los científicos abriendo la nave y retirando cilindros metálicos. La misión despegó el 20 de agosto desde Baikonur y orbitaría la Tierra durante 30 días, en una región del espacio más allá de la Estación Espacial Internacional. Los científicos señalan que estas observaciones podrían ayudar a entender cómo fenómenos del espacio afectan a los organismos vivos en un entorno de radiación aproximadamente un 30% mayor que en la órbita cerca de la Tierra.
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La prueba de lithopanspermia: ¿sobrevivirían las bacterias dentro de basaltos?
Para la prueba, se insertaron cepas bacterianas en basaltos y se incrustaron en la carcasa del satélite para ver si las bacterias podían resistir las condiciones extremas de reentrada. Si alguna cepa sobreviviera, sería una indicación de que la vida podría viajar entre mundos y sembrar mundos lejanos. La Telegram de Roscosmos señaló que el objetivo es comprender cómo la radiación y el entorno espacial influyen en los microorganismos en el rango de radiación superior. Al cierre de esta edición, no hay confirmación pública del estado de las muestras; las imágenes muestran la apertura de la nave y la extracción de cilindros. El péndulo de la ciencia apunta a que el estudio podría redefinir nuestra comprensión de dónde podría originarse la vida en el cosmos.
El viaje espacial: de Baikonur a la Tierra
La misión despegó el 20 de agosto desde el cosmódromo de Baikonur, y pasó 30 días en órbita alrededor de la Tierra. El satélite regresó a la Tierra y aterrizó el 19 de septiembre; diez de los 74 ratones parecían haber fallecido, y no se informó sobre el estado de las moscas y otros especímenes. Roscosmos indicó que la misión podría ayudar a preparar a las personas para vuelos de larga distancia, al entender cómo la radiación espacial afecta a los seres vivos.
Una historia de animales en la exploración espacial
La pauta de experimentar con animales en el espacio no es nueva. En junio de 1948, Estados Unidos envió al espacio a Albert I, un mono rhesus, desde White Sands, Nueva México, iniciando una serie de misiones que terminaron en la muerte de varios animales durante y tras el vuelo. A lo largo de los años, otros experimentos con gatos, perros y más animales han sido objeto de controversia ética y científica. El episodio de la Bion-M No 2 se inscribe en este debate sobre los límites de la investigación espacial frente al bienestar de los sujetos experimentales.
Qué nos dice este experimento sobre la vida, el cosmos y nuestro futuro
La existencia de extremófilos en condiciones extremas y la posibilidad de lithopanspermia muestran que la vida podría ser más resistente y aventurera de lo que pensamos. Si se confirma la supervivencia de microorganismos en basalto, podría fortalecerse la teoría de que la vida puede viajar entre planetas y llegar a otros mundos. Por ahora, hay incertidumbres: no hay confirmación pública sobre el estado de las muestras; las imágenes de Telegram muestran la apertura de la nave incendiada. Este experimento también subraya la necesidad de una exploración espacial segura para misiones de larga duración. Lecturas recomendadas: Extremófilos, cometas y organismos alienígenas: ¿cómo comenzó la vida en la Tierra?