Prohiben a todos los hombres en una isla del Báltico: nace una utopía femenina, y cinco años después se desmorona
Una mujer adinerada compra una isla en el Báltico y prohíbe la entrada a todos los hombres. Nace un refugio supuestamente para mujeres, con yoga, spa y libertad total para ser ellas mismas. Pero cinco años después, ese paraíso parece desmoronarse. La experiencia atraía a quienes podían permitirse un descanso exclusivo: una semana de retiro costaba entre 4.000 y 4.600 euros, y la demanda era tan alta que las plazas se agotaban en minutos. La isla tenía capacidad para un máximo de 8 visitantes a la vez; en cada temporada se recibían poco más de 120 personas, con solicitudes de todo el mundo. Incluso con dinero, no era sencillo conseguir un lugar. Este no era un refugio para todas, sino un oasis acotado cuyo acceso dependía de criterios de selección y de un precio que lo hacía操作 inaccesible para la mayoría.
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La chispa del sueño: una empresaria multimillonaria quiere liberar a las mujeres del control masculino
Cristina Roth era una empresaria de gran éxito; su firma de consultoría generaba unos 45 millones de dólares al año. Vio a mujeres que, persiguiendo un ideal, sacrificaban su salud y su tranquilidad: tacones incómodos, jornadas interminables y la necesidad constante de aprobación masculina. Quiso crear un lugar que permitiera olvidar ese peso: reconectar con el cuerpo, la naturaleza y la calma interior. Vendió su negocio para convertir ese sueño en realidad y viajó a Escandinavia en busca de un territorio adecuado para la isla. Con dinero para invertir y el deseo de cambiar la forma en que las mujeres se relacionan con el mundo, emprendió una búsqueda que cambiaría su vida y la de las que la acompañarían en esta iniciativa.
La isla: de un sueño a un refugio exclusivo para mujeres, sin electricidad ni agua
En 2016, durante un viaje por Escandinavia, Cristina Roth conoció a Benny, un joven local. Su romance fue rápido, y pronto viajó a visitarlo. El islote perteneciente a la familia de Benny la conquistó desde el primer vistazo: un archipiélago finlandés, naturaleza intacta y silencio perfecto. La familia de Benny sugirió mirar un terreno vecino que estaba en venta; la transacción fue rápida, y la nueva dueña impuso reglas estrictas, incluso para el que la ayudó a encontrar la isla. Convertir la isla en un resort exigía una infraestructura desde cero: no había electricidad ni agua. Se construyeron edificaciones ecológicas, un spa con sauna finlandesa, salas de yoga y áreas deportivas. Se diseñó una cocina común para que las mujeres cocinaran juntas y compartieran experiencias, no como en casa, donde la cocina a menudo es un espacio de trabajo aislado.
La inauguración y la reacción: el primer refugio que no admite hombres divide opiniones
La inauguración oficial de SuperShe Island, el 23 de junio de 2018, marcó el nacimiento del primer resort que no admite hombres. La respuesta fue mixta: algunas personas aplaudieron la audacia, mientras otras criticaron la discriminación. CNN describió el proyecto como «la isla creada por una rica mujer blanca para mujeres como ella». Roth defendió la idea con pasión, insistiendo en que buscaba una comunidad de ideas. Sin embargo, la opinión pública se inclinó hacia la idea de un elitismo que contradictaba la promesa de un refugio para todas las mujeres.