¿Por qué mueren tantos japoneses trabajando? El fenómeno 'karoshi' que no tiene paralelo en el mundo
En los años 70, Japón se enfrentó a un fenómeno sin nombre que, con el tiempo, recibió el término aterrador: karoshi, la muerte por agotamiento y estrés laboral. A lo largo de las décadas, los casos crecieron y, para 2020, ya había registrados casi dos mil casos, que incluyen tanto muertes físicas como ictus o cardiopatía como suicidios vinculados al agotamiento. En una cultura donde el trabajo es casi una religión, la presión para no detenerse se convirtió en norma. El Día del Agradecimiento al Trabajo se celebra cada 23 de noviembre y, en 2019, se añadió una ceremonia budista para lamentar las vacaciones no tomadas: se lanzaron 300 linternas al cielo, cada una simbolizando un descanso que nunca se tomaría. Una de las líneas en las linternas fue escrita por una mujer que debió posponer el cumpleaños de su hija por el trabajo. El organizador, el director creativo de Ningen Inc., explicó que la idea busca hacer reflexionar: ¿qué podría hacer la gente si se permitiera tomar el descanso que ya tiene?
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La raíz cultural: posguerra y el milagro japonés
Las raíces de esta mentalidad se remontan a la posguerra: tras la derrota, Japón enfrentó devastación, hambre y la sombra de Hiroshima y Nagasaki. En ese contexto, la reconstrucción exigía disciplina y entrega. El concepto de empleo de por vida, promovido por el primer ministro Shigeru Esida, consolidó una cultura corporativa en la que la lealtad a la empresa se expresa no solo en años de servicio, sino en la dedicación fuera de hora. Con el tiempo, quedarse tarde en la oficina pasó a ser la norma; irse antes del jefe, visto como desrespeto. Las horas extra voluntarias se percibían como un signo de profesionalismo y esfuerzo. Este marco dio forma al llamado "milagro económico" de las décadas posteriores y convirtió el trabajo en sentido de existencia para muchos.
El karoshi en cifras y ejemplos
El primer caso de muerte por agotamiento se registró en 1969: un hombre murió de un ictus en la oficina. Con el tiempo, el fenómeno se consolidó y la palabra karoshi pasó a describir muertes por agotamiento físico y suicidios provocados por el estrés. En 2011 se registraron casi 2.700 suicidios vinculados a problemas laborales. Para 2015, la mayoría de las víctimas trabajaba más de 80 horas al mes; entre quienes se quitó la vida, esa cifra llegaba a 100 horas. Un ingeniero entrevistado comentó que, en 2019, solo pudo tomar dos días de permiso a pesar de tener derecho a 20; en Europa,, explicó, esa situación sería impensable, porque allí la cultura laboral se apoya más en el individualismo que en la jerarquía.
Matsuri Takahashi y el punto de inflexión
En 2015, Matsuri Takahashi, una joven empleada de una agencia de publicidad, acumuló 108 horas de trabajo extra en ocho meses. Compartía en redes sociales su agotamiento: trabajaba 20 horas al día y decía no ver sentido a su existencia. Poco después, se quitó la vida. Este caso sacudió a la opinión pública y a Dentsu, la empresa, que ya tenía antecedentes: en 1991 otro empleado se había suicidado por la presión laboral; la dirección fue obligada a mejorar, pero no se lograron cambios profundos. Tras la muerte de Matsuri, Tadashi Ishii, presidente de la compañía, renunció, reconociendo que la cultura de las largas jornadas era destructiva y debía erradicarse. En 2018, el gobierno japonés aprobó una ley para reformar el régimen laboral: las empresas debían controlar las horas extra, garantizar condiciones de trabajo adecuadas y compensar el tiempo extra. En la práctica, sin embargo, los resultados fueron limitados.
¿Puede cambiar Japón? Lecciones para el futuro
La cuestión continúa: a pesar de las reformas, muchos japoneses siguen pasando gran parte de su tiempo laboral en la oficina, dejando poco espacio para la vida personal. La raíz cultural y la presión colectiva dificultan romper el ciclo de largas jornadas. ¿Qué haría falta para que el descanso tenga la misma importancia que el rendimiento? Este tema invita a mirar otras culturas y tradiciones para entender cómo abordar estos retos en el mundo moderno.