Perdí 14,5 piedras tras abandonar mi vicio de la comida chatarra, mi arma secreta fueron las uvas que puedes comprar en cualquier supermercado
Alex Williams, de 33 años, solía gastar hasta 300 libras a la semana en comida basura y consumía alrededor de 7.000 calorías al día. Su peso se fue descontrolando tras una lesión que le impidió jugar al rugby cuando era adolescente. Al llegar a la mitad de la adolescencia, ya llevaba pantalones de cintura de 46 pulgadas y se alimentaba de rollitos de salchicha, pizzas congeladas y comidas para llevar, una adicción a los alimentos beige y calóricos que continuó en la adultez. "I could easily polish off eight sausage rolls in a pack which was ridiculous." "It was frozen pizzas, KFC, all the terrible stuff, anything and everything I could get my hands on. I could easily obliterate a large Domino's pizza too." "I was doing a lot of secret eating as well." "It got to a point where I would go to McDonald's and then go home and then eat dinner with my family." "I was spending up to £300 ($400) a week on sh** food." Sign up for our free Health newsletter Transform your health every Tuesday with expert guides, real-life stories and advice from top doctors By signing up, you will receive our newsletter as well as marketing emails with news, offers and updates from the Daily Mail. You can unsubscribe at any time. For more information, see our Privacy Policy. Alex Williams in 2019 (left); y now, tras perder la mitad de su peso corporal Mr Williams dice que las uvas congeladas fueron el secreto para vencer los antojos de azúcar La época de atracones —y su peso descomunal— le dejaba sin aliento al subir las escaleras, le avergonzaba quitarse la camiseta en los vestuarios de rugby y le aterraba irse de vacaciones o entrar a una piscina sin ropa de verano. El punto de inflexión llegó en 2018 cuando un amigo le convenció de unirse a un programa de pérdida de peso basado en fútbol para ayudarle a superar una ruptura dolorosa. Abrazando el nuevo desafío, Williams, que trabaja para una empresa de IA, dejó los días de 7.000 calorías de desayunos fritos, hamburguesas y galletas, y comenzó a comer comidas centradas en bistec, salmón y pollo. Junto con el cambio en la dieta, juega cinco partidos de fútbol a la semana y va al gimnasio con regularidad. Y tras años de trabajo duro, pasó de 28st 2lbs (392 libras) a 13st 9lbs (191 libras), perdiendo más de la mitad de su peso corporal en el proceso. Con una altura de 1,75 m, su IMC cayó de 58—clasificado como 'superobeso'—a 28, que se encuentra en la categoría de sobrepeso. Williams también tenía un gusto por lo dulce, y devoraba chocolate, pero admite que un simple cambio de dieta le ayudó a frenar sus antojos azucarados: cambió las meriendas nocturnas por uvas congeladas. Ahora, con 189 libras (13st 7lbs) tras haber perdido la mitad de su peso, Williams dijo: "Frozen grapes are the ultimate cheat code—candy-floss grapes, those frozen." Él afirma que la consistencia y la responsabilidad fueron clave para su éxito: "But the main thing is consistency. 'Losing weight isn't hard, but constantly losing weight is.' 'Once you realise that it's okay to be up one week as long as the trajectory is going down, it gets easier.' ");