OTAN gasta millones en defensa de misiles para detener drones de Putin; cada interceptador cuesta más que los drones que derriba
En medio de una escalada de tensiones, Polonia y sus aliados de la OTAN reforzaron sus defensas ante drones y aviones rusos. Polonia derribó hasta 19 drones tipo Shahed que violaron su espacio aéreo a lo largo de las fronteras con Rusia y Bielorrusia. Putin declaró que Rusia está “en guerra” con la OTAN y lanzó amenazas veladas de uso nuclear, aumentando la presión sobre las defensas europeas. Frente a este contexto, los sistemas de defensa de misiles y los interceptores se han convertido en una cuestión de seguridad nacional y coste económico, con facturas que podrían alcanzar millones en cada despliegue. Este es el marco de una carrera tecnológica donde defenderse implica gastar a gran escala, y cada decisión de despliegue tiene un precio real.
In This Article:
- Cuánto cuesta cada cosa: drones baratos, interceptores desorbitados
- La base industrial de EE. UU. y la capacidad de reposición: el problema de volver a fabricar
- Un camino hacia lo más barato: desarrollar capacidades baratas y escalables
- La crónica continúa: la batalla entre defensa y costo no se detiene
Cuánto cuesta cada cosa: drones baratos, interceptores desorbitados
El costo no es solo el de las agresiones: es la brecha entre el gasto en drones y en defensa. Un dron Shahed cuesta entre £30,000 y £75,000 según CSIS y otros análisis que sitúan costos desde £15,000 hasta £60,000. Pero los misiles que los derriban son órdenes de magnitud más caros. Un Sidewinder AMRAAM tiene un precio de entre £225,000 y £300,000. En el presupuesto de defensa de EE. UU. para 2021, el coste por interceptor varía entre £320,000 y £350,000, según la rama. Los interceptores Patriot pueden costar entre £775,000 y £3 millones por unidad, según CSIS y otras estimaciones. Frank Rose, exfuncionario de la Secretaría de Estado, explicó: “Este es un gran problema ahora con la defensa de misiles: el desafío de la curva de costos. Estamos extendiendo interceptores de millones de libras para perseguir drones que cuestan entre £48,000 y £52,000”, y añadió: “vamos a tener que encontrar una forma de sortear esa curva de costos”. También advirtió que la relación de intercambio no está a favor de la defensa y que EE. UU. sufre una base industrial debilitada para reponer interceptores. Rose señaló que EE. UU. ha desplegado un gran número de su inventario SM-3 para proteger Israel frente a ataques iraníes, dejando escasez de Patriot y complicando la reposición a corto plazo.
La base industrial de EE. UU. y la capacidad de reposición: el problema de volver a fabricar
La cuestión no es sólo el costo por misil, sino la capacidad de producir y reponer interceptores. EE. UU. enfrenta una base industrial debilitada que dificulta volver a suministrar interceptores a la escala necesaria. Al menos una parte de su inventario SM-3 se ha utilizado para proteger Israel, ante ataques en el Medio Oriente, lo que ha agravado la escasez. “Estas cosas no ocurren de la noche a la mañana”, dijo Rose, subrayando la fragilidad de la cadena de suministro. La producción de Patriot SM-3 se ha agotado; en 2023 EE. UU. produjo 71 misiles, y en 2024 agotó la producción anual en respuesta a ataques iraníes. Además, la administración ha detenido la producción SHORAD, lo que dificulta recuperar capacidades defensivas de corto alcance. Rose atribuye parte de la dificultad a cambios en la infraestructura industrial de defensa y advierte: “una vez que pierdes una capacidad, es difícil desarrollarla y volver a conseguirla.”
Un camino hacia lo más barato: desarrollar capacidades baratas y escalables
Ante este cuadro, Rose propone centrarse en tecnologías más baratas y escalables para enfrentar drones baratos a gran escala. Debemos buscar soluciones que reduzcan la dependencia de interceptores de alto costo y que permitan neutralizar drones de bajo costo sin agotar los recursos. “desarrollando capacidades más baratas que puedan enfrentar estos drones más baratos a escala” es la consigna. No basta con reavivar SHORAD tal como existía; la defensa debe basarse en una economía de costos que permita responder a amenazas futuras con mayor rapidez y eficiencia.
La crónica continúa: la batalla entre defensa y costo no se detiene
La historia deja claro que la protección no es gratis y que la economía de defensa condiciona las decisiones estratégicas. En 2023, EE. UU. produjo 71 misiles SM-3; en 2024 agotó la producción anual ante ataques en Oriente Medio, y la producción SHORAD ha sido detenida. La OTAN podría verse obligada a buscar soluciones más baratas y rápidas para disuadir futuras ofensivas, mientras la tecnología evoluciona y surgirá una nueva generación de amenazas. Este es un recordatorio de que, en la seguridad internacional, defensa y coste caminan de la mano, y la próxima respuesta deberá equilibrar ambos frentes.