Mi padre es un cobarde y un engañador — vida en la sombra de su padre y la lucha contra mis demonios interiores
Gérard Depardieu es conocido no solo por sus papeles brillantes, sino también, como buen francés, por sus numerosos romances. Su primer matrimonio y las relaciones posteriores le dieron hijos: Guillermo, Julie, Roxana y Jean. ¿Cómo se ha forjado la vida del primogénito Depardieu y por qué Guillaume habló de su famoso padre con desdén? Este relato intenta desvelar la genealogía emocional, los años de turbulencia y las cicatrices que dejó una vida bajo la mirada de una figura tan influyente.
In This Article:
- Nacimiento y madre Elisabeth Guignot
- Infancia en la cumbre del éxito de sus padres
- Juventud turbulenta: prisión a los 17 años y la lección del padre
- Debut en el cine y la ironía de actuar junto a su padre
- Demonios, César y un accidente devastador
- Autobiografía y crítica al padre
- Realidad personal y último capítulo
- Legado y memoria
Nacimiento y madre Elisabeth Guignot
El primogénito del actor nació el 7 de abril de 1971. Su madre fue la primera esposa del actor, Elisabeth Guignot, que era siete años mayor que Gérard. Al niño lo llamaron Guillaume, y su destino se convirtió en una herida que nunca sanó para la famosa familia.
Infancia en la cumbre del éxito de sus padres
La infancia de Guillaume coincidió con el vertiginoso ascenso de la carrera de sus dos padres. El niño necesitaba desesperadamente su atención y, como copiando el destino de su padre, se lanzó a todo tipo de excesos. Desesperado por el amor del padre, Guillaume se sumergió en jactancias y actividades delictivas. Los vicios lo llevaron a la dependencia, lo que predestinó un final trágico.
Juventud turbulenta: prisión a los 17 años y la lección del padre
A los diecisiete años, el joven recibió una verdadera condena de nueve meses en prisión. El padre célebre, movido por buenas intenciones, no se molestó en pedir su liberación. Gérard quería enseñarle a su hijo una lección, pues alguna vez él mismo fue un aventurero temerario.
Debut en el cine y la ironía de actuar junto a su padre
A principios de los años noventa, Guillaume Depardieu, de 21 años, debutó en el drama histórico Todos los días del mundo. Interpretó al joven compositor Marin Marais. La ironía del destino fue que el papel del padre de su personaje lo interpretó el propio Gérard Depardieu. Su sorprendente parecido permitió retratar al mismo personaje en distintas etapas de la vida con la máxima fidelidad. La crítica elogió su trabajo, abriéndole camino al cine grande. Su parecido con el famoso padre le ayudó una y otra vez. Junto a su padre, participó en las adaptaciones de El Conde de Monte Cristo y Los Miserables. Pero el hielo de la incomprensión entre ellos nunca se derritió.
Demonios, César y un accidente devastador
En los años siguientes Guillaume apareció en decenas de películas, pero no logró vencer a sus demonios. En 1995 Depardieu recibió el prestigioso César por su papel en el drama Los estudiantes. Pero durante el rodaje el actor tuvo que ingresar en una clínica psiquiátrica. Sin embargo, no fue el único desafío que la vida le deparó ese año. El actor de 24 años sufrió un accidente no por su culpa y recibió graves heridas. Guillaume conducía una motocicleta y desde el maletero de un coche que iba delante cayó un maletín sobre él. Los médicos insistieron en una operación que se convirtió en el golpe del destino para Guillaume. La herida se infectó. Los analgésicos y las diecisiete operaciones siguientes no ayudaron. Después de ocho años de sufrimiento, Guillaume aceptó la amputación. Sin embargo, su carrera cinematográfica no se interrumpió. El heredero Depardieu continuó actuando con una prótesis.
Autobiografía y crítica al padre
Además del talento actoral, Guillaume poseía talento literario. Publicó la autobiografía Darlo todo, donde criticó duramente a su padre, llamándolo egocéntrico, cobarde y desesperadamente desprovisto de nobleza. "Escribió que en su vida no había ni un solo día feliz." Estas palabras fueron un duro golpe para el padre célebre. En una entrevista que Depardieu padre dio tras la publicación de las memorias de su hijo, llamó al libro "un grito del alma".
Realidad personal y último capítulo
Guillaume heredó el carácter rebelde y la apariencia carismática de Gérard. Pero en su vida personal le acompañaron solo fracasos. Una amante lo dejó. Otra se convirtió en su esposa en 1999, dio a luz a su hija Luisa, pero el matrimonio se rompió cuatro años después. No tuvo tiempo de tener más hijos. En octubre de 2008 murió Guillaume Depardieu, a los 37 años; su frágil organismo no pudo resistir la neumonía.
Legado y memoria
La vida de Guillaume Depardieu quedó marcada por el talento, el dolor y la sombra de un padre célebre. Su historia es un recordatorio de que el precio del éxito puede ser alto y que la búsqueda de amor y reconocimiento a veces termina en tragedia.