Me escondí medio equipaje en el pecho para vencer la tarifa de cabina de Wizz Air
En los baños del aeropuerto, frente al espejo, intentaba convertir un sujetador rosa nuevo en una maleta de pecho. Primero le metí un top de bikini en una copa, después un conjunto de gimnasio sin usar y, por último, un chaleco de pesca. Con cada prenda, mi silueta ganaba volumen. No era vanidad: era estrategia. Wizz Air solo permite una maleta de cabina gratis de 40 × 30 × 20 cm, y yo quería probar una táctica distinta para el regreso desde Lisboa en enero.
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La chispa nace en Lisboa: un sujetador de 5€ que promete espacio extra
La idea nació esa misma mañana, en Lisboa, buscando en la sección de rebajas de H&M. Quería algo con bolsillos profundos o una bolsa discreta para esconder bajo el abrigo; en su lugar, encontré un sujetador grande por solo 5 €. Pensé: ¿y si este sujetador es la solución para ganar espacio extra? El concepto de vestir prendas para evitar tarifas no es nuevo; hay un meme popular de Friends con Joey Tribbiani preguntando 'Could I BE wearing any more clothes'. Aún así, nunca había visto a alguien usar un sujetador para este fin.
El plan de ataque: pasar seguridad y transformarme en una 'bolsa' humana
El plan requería actuar sin llamar la atención. Pasé por seguridad guardando el sujetador en mi bolso para no alborotar a nadie. En los baños, me puse el sujetador—con la camiseta encima para ir más rápido—y empecé a rellenar: un bikini y mi equipo de gimnasio en una copa, y el chaleco de pesca en la otra. Con cada añadido, mi silueta cambiaba y no pude evitar reírme, recordando mis juegos de infancia cuando rellenaba la parte superior con papel higiénico. Al cerrar la chaqueta, el calor empezó a subir; Lisboa estaba en modo invierno, pero bajo las capas yo sentía una especie de ola de calor.
En la puerta de embarque y a bordo: la verdad de un truco incómodo
Al llegar a la puerta de embarque, James, mi novio y compañero de viaje, me miró de arriba abajo. Su expresión decía mucho, pero nadie dijo nada y el embarque transcurrió sin incidentes. Ya en el avión, me di cuenta de que mi sujetador quedaba visible por encima de la camiseta, y fue un momento incómodo al intentar desabrocharlo. ¿Funcionó? Sí: evité pagar otra maleta y pasé sin problemas. Pero las desventajas fueron claras: no puedes empacar mucho sin parecer artificial, hace calor y, si te lo quitas, corres el riesgo de exponer tu ridículo ante los demás.
Conclusiones y alternativas: cuando el truco no es práctico
Este truco funciona para esquivar tarifas, pero no es práctico para viajes habituales. Existen alternativas más sensatas: el truco de la almohada de cuello — llenarla con ropa interior o prendas ligeras; el chaleco de pesca — un armario portátil con bolsillos para cargadores, snacks y portátil; la bolsa de duty-free — toma una bolsa, mete un suéter dentro y entra con la apariencia de haber comprado perfume; la mochila grande — arriesgarse, pero a veces funciona si la llevas puesta correctamente. Si te encuentras en un apuro y tienes un sujetador grande, quizá funcione; si no, es mejor una chaqueta con bolsillos profundos para ir cómodo y evitar vergüenza. Este artículo se publicó originalmente el 16 de agosto de 2025. ¿Tienes una historia para compartir? Escríbeme a jess.austin@metro.co.uk.