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Mayong: la aldea que oculta la cuna de la magia negra

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En la aldea remota de Mayong, al noreste de la India, Assam, circulan relatos más antiguos que el cauce del Brahmaputra. Apodada la «Cuna de la Magia Negra», Mayong guarda secretos que se transmiten de generación en generación: hechizos que podrían convertir a una persona en una bestia, hacer dóciles a criaturas salvajes y hacer desaparecer a alguien en un instante, al pronunciar palabras especiales. Lejos de la civilización, los brujos y magos de Mayong enseñan sus arcanos a los aprendices, como ocurre en otras aldeas de la India donde se comparten saberes cotidianos como cultivar arroz o tejer patrones en tela. Para muchos, el nombre Mayong deriva del sánscrito maya, que significa ilusión o engaño; así, la realidad parece aquí volverse inestable y, a veces, peligrosa.

Mayong: la aldea que oculta la cuna de la magia negra

Orígenes del nombre Mayong: entre maya, elefantes y diosas

Las teorías sobre la etimología son variadas. Una sostiene que Mayong proviene del sánscrito maya, que significa ilusión o engaño. Otra teoría, de la lengua tivá del distrito Morigaon, dice que Miyong significa elefante; la región ha albergado durante mucho tiempo una población de elefantes salvajes. Una tercera explicación vincula Mayong a la devoción a la Diosa Durga y a Mahamaya, sosteniendo que Mayong se relaciona con ‘Maa-R-ongo’ (una parte del cuerpo de la diosa) que, según la creencia, cayó de los cielos a estas tierras. Además, hay referencias que aluden a Mayong en textos antiguos como la Mahabharata, vinculando sus artes oscuras a tradiciones tántricas que habitaron la región de Assam.

Orígenes del nombre Mayong: entre maya, elefantes y diosas

Rituales, leyendas y pruebas históricas

La selva y las colinas de Mayong habrían sido refugio de practicantes de artes oscuras. Según la tradición, en 1337 el poderoso ejército de Muhammad Shah, con más de cien mil jinetes, fue neutralizado por conjuros cercanos a este lugar. Hallazgos arqueológicos, incluidos sables que se usaban en rituales de sacrificio, fortalecen las historias de prácticas mágicas allí realizadas. Entre las creencias populares, se afirmaba que a través de palabras mágicas como las llamadas «Luki Mantaras» se podía volar, volverse invisible o aterrizar exactamente donde vive la persona amada.

Rituales, leyendas y pruebas históricas

Hoy, Mayong entre turistas, curanderos y misterios

Hoy Mayong recibe a visitantes curiosos que buscan entender la sombra de la magia que aún parece respirar en sus calles. Entre las prácticas locales destacan la quiromancia —leer la vida en la palma— y la creencia de predecir el destino con fragmentos de vidrio y conchas marinas. También hay curanderos que emplean técnicas inusuales: colocan una placa de cobre sobre la zona enferma, que supuestamente absorbe la enfermedad incluso si la placa se calienta al punto de derretirse; otros afirman que encuentran objetos perdidos colocando una flor en una vasija de metal que se mueve hacia su ubicación. La devoción a la diosa Kamakhya persiste; se pueden encontrar varios templos dedicados a diosas y a la creencia de que la escena de Kamakhya es un centro de poderes sobrenaturales, incluido el rito Narabali. Aunque la magia negra está prohibida, muchos en la aldea siguen creyendo en la intervención de los hechiceros. Mayong también se asocia con los Panch Devata —Shiva, Vishnu, Ganesha, Parvati y Dinéshu— y se piensa que sus templos sirvieron como centros de estudio de la magia, especialmente en tradiciones tántricas, más que en liturgias formales. La fama del lugar también se debe a su presencia en filmes de terror y al Museo de la Magia Negra de Mayong, que expone muñecos amarrados a rituales y herramientas empleadas en hechicería; en sus pasillos se muestran manuscritos con mantras grabados en hojas лакó, tinta especial y plumas de pavo real. Se cuentan hechizos capaces de provocar fiebre alta, diarrea, rencillas y hasta ataques entre personas, según las crónicas locales. Con el tiempo, los brujos de Mayong envejecieron y desaparecieron; hoy quedan pocos practicantes, y algunos son conocidos como Bez, quienes emplean sus dones para mejorar la vida de la gente.

Hoy, Mayong entre turistas, curanderos y misterios

La sombra persiste: supersticiones, fe y esperanza

Las tradiciones siguen vivas en los campos y las casas: los habitantes acuden a brujos y tántrikas para contrarrestar aquello que no entienden. Entre los remedios caseros, figuran prácticas como colgar una red de pesca rasgada, rociada con semillas de mostaza quemadas, junto a la puerta para alejar a los malos espíritus; para evitar inundaciones, se dicen que deben conservarse huesos de pez en el techo; incluso se afirma que mantener un cuchillo bajo la cama espanta a los demonios, una costumbre que quizá también se practica en otras ciudades del subcontinente. Estas creencias muestran que, pese a la prohibición oficial, la gente de Mayong conserva una memoria poderosa de lo inexplicable y, a veces, nerviosa ante lo desconocido.

La sombra persiste: supersticiones, fe y esperanza