Las Dos Futuros de la IA Según un Genio Ejecutivo Desploman la Economía y Hacen Obsoletos los Empleos
La cantidad de dinero que se está gastando en inteligencia artificial es astronómica. Inversores han inyectado cientos de miles de millones de dólares a las grandes empresas de tecnología y a startups por igual, de tal forma que se estima que ya el 92 por ciento del crecimiento del PIB de Estados Unidos proviene de la IA. Si las tendencias continúan, para 2026 el gasto de solo las “empresas tecnológicas más grandes” podría llegar a 550 mil millones de dólares. Con ese nivel de capital en juego, es razonable pensar que los inversores esperan algo enorme, como una era completamente nueva de desarrollo humano. Muchos economistas, periodistas y capitalistas de riesgo han argumentado que la codiciada recompensa no es una olla de riquezas sino la automatización total de todos los empleos. Básicamente, la idea es que quien se quede con el último castillo de la IA será un dios emperador, para bien o para mal. Ese miedo no es ajeno para Keith Riegert, el CEO de Ulysses Press, quien recientemente dijo ante una sala llena de líderes de la industria editorial que solo existen dos futuros para la IA: un infierno de desempleo masivo o una “meseta de escalado que desencadena un colapso económico”. “No sé cuál de las dos va a ocurrir”, dijo, al comentar que “una catástrofe financiera es la versión del futuro que yo preferiría”. La brutal evaluación de Riegert tuvo lugar en la Conferencia de Editores de Sharjah, en los Emiratos Árabes Unidos, una enorme reunión anual que reúne a más de 1.200 representantes de editoriales con ánimo de lucro para discutir la industria. Su charla, al parecer, giraba en torno al tema perturbador de la IA. “Es hora de usarla o quedarse atrás”, dijo el CEO a los asistentes en su panel. Según la publicación de la industria Publishers Weekly, Riegert describió a la IA como tanto “transformadora” como “inquietante”, añadiendo que “no estoy muy contento de que la IA esté aquí”. Aun así, Riegert decidió enterrar sus dudas y perseguir lo que realmente importa en la vida: las ganancias. Continuó describiendo la alianza que su empresa hizo con OpenAI, que incluye un mandato de que todos los empleados usen ChatGPT durante “al menos una hora diaria”. El editor de publicaciones incluso demostró en directo el poder transformador de la IA: creó un libro listo para ser puesto en Amazon en solo cinco minutos. Admitió que el libro era “terrible”, pero lo listó en la plataforma Kindle Direct Publishing de todas formas antes de borrarlo, informó Publishers. “As soon as Kara Swisher’s biography was announced, there were half a dozen AI-generated clones that came to market well before publication,” dijo a los asistentes de la conferencia, aparentemente como un ejemplo positivo de las habilidades de la IA. Y, efectivamente, Amazon se ha convertido en una pesadilla de libros generados por IA y en granjas de bots — un ecosistema degradado en el que este CEO parece feliz de revolcarse, sin importar las consecuencias.
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El gasto astronómico de la IA y la promesa de dos futuros
El gasto en IA es astronómico: los inversores han inyectado cientos de miles de millones de dólares y se estima que ya el 92 por ciento del crecimiento del PIB de Estados Unidos proviene de la IA. Si las tendencias continúan, para 2026 el gasto de solo las mayores firmas tecnológicas podría alcanzar 550 mil millones de dólares. Con ese nivel de capital, los inversores esperan algo grande: una era completamente nueva de desarrollo humano. Muchos economistas, periodistas y capitalistas de riesgo han argumentado que la codiciada recompensa no es una olla de riquezas sino la automatización total de todos los empleos. En pocas palabras, quien posea la IA en su apogeo podría convertirse en el dueño del mundo laboral. La idea no es ajena para el empresario del sector editorial, que ha marcado su pronóstico con una afirmación contundente sobre dos posibles desenlaces para la IA: un infierno de desempleo masivo o una catástrofe económica provocada por una mesoseta de escalado. Este relato ha alimentado el debate público sobre el rumbo de la tecnología y el trabajo en la era de la IA. Además, se ha repetido la idea de que la IA podría transformar radicalmente las industrias y los mercados, con consecuencias que aún no se han evaluado completamente.
Demostración en vivo y la alianza con OpenAI
El ejecutivo describió la colaboración de su compañía con OpenAI, que incluye un mandato de que todos los empleados usen ChatGPT durante al menos una hora diaria. Luego, en plena conferencia, demostró el poder transformador de la IA al crear un libro listo para aparecer en Amazon en solo cinco minutos. El libro fue listado en Kindle Direct Publishing, pero luego eliminado. La demostración fue presentada como ejemplo de la rapidez con la que la IA puede generar contenidos y listarlos en plataformas de venta en cuestión de minutos, aunque el producto final fuera considerado por el propio participante como irrelevante o peor. El ejecutivo también comentó que, al anunciarse la biografía de Kara Swisher, ya existían media docena de clones generados por IA que llegaron al mercado mucho antes de la publicación, lo que fue interpretado como un indicio de la velocidad y el alcance de las capacidades de la IA.
Amazon y el ecosistema degradado por la IA
Como era de esperar, Amazon se ha convertido en una pesadilla de libros generados por IA y de granjas de bots, un ecosistema degradado en el que este CEO parece feliz de moverse, sin importar las consecuencias. La proliferación de textos autopublicados y contenidos automatizados ha generado un mercado saturado y cuestionamientos sobre la calidad, la autoría y la ética en la publicación, así como el impacto en los escritores humanos y las editoriales tradicionales.
Nota del autor
Soy corresponsal de tecnología y transporte para Futurism, donde mi beat abarca el transporte, la infraestructura y el papel de las tecnologías emergentes en la gobernanza, la vigilancia y el trabajo.