La regla de 5 horas: el secreto de Musk y Gates para convertir el tiempo en conocimiento
Todos disfrutamos, de vez en cuando, de una llamada telefónica o de mirar la televisión. Por supuesto, no todo es trabajo, pero a veces surge la pregunta: “¿estás viendo algo bueno?”. Esa respuesta puede interpretarse como pereza, pero no es así: cada persona organiza su día según sus valores y prioridades. Las 24 horas son las mismas para todos, pero el éxito depende de cómo gastamos ese tiempo. Existe la regla de 5 horas, la cual dicen usar Elon Musk y Bill Gates. No es tan difícil de cumplir y puede darnos conocimiento y habilidades. Vamos a verlo paso a paso.
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¿Cuánto tiempo queda realmente? La distribución diaria de las horas
De las 24 horas, 8–9 se dedican al sueño y las 16 restantes están despiertas. De esas, aproximadamente la mitad se gasta en trabajo, dejando alrededor de 9 horas para todo lo demás. Entre las responsabilidades del hogar y el trabajo no remunerado (cuidar a los seres queridos, pasear a los niños, etc.), ese margen se estrecha. La diferencia entre hombres y mujeres es notable: en general, los hombres tienden a tener menos ocupaciones y, en lugares como la India, el tiempo libre masculino puede doblar al femenino. La mayoría consigue sacar algunas horas para aficiones, pero muchas veces ese tiempo se consume en llamadas telefónicas no relacionadas con el trabajo o el estudio. Por otro lado, los estudios sobre hábitos de los millonarios que se hicieron a sí mismos muestran un patrón claro: hacer un esfuerzo mental constante da resultados.
La regla de 5 horas en acción: una hora al día, durante cinco días
Lo suficiente para entrenar la mente: dedicar una hora cada día, durante cinco días a la semana, a la actividad mental, ya sea lectura, reflexión o aprendizaje. Con ello no solo se mejoran habilidades, también se fortalece la disciplina. Cinco horas pueden aportar conocimiento, experiencia y destrezas que se trasladan a la vida real.
Tres pasos prácticos para empezar (con resultados reales)
Lectura: aunque los libros impresos son preferibles, los audiolibros y la radio conversacional pueden ser igual de efectivos. Internet también ofrece recursos educativos; lo importante es elegir una temática que te apasione.