La NASA prueba el X-59: un avión supersónico casi silencioso tras años de desarrollo y retrasos
El prototipo X-59, desarrollado por la NASA en colaboración con Lockheed Martin, realizó su primer vuelo de pruebas el 28 de octubre de 2025. Este avión no busca volar más rápido por sí solo; su objetivo es demostrar que es posible hacerlo sin el rugido devastador del boom sónico. El vuelo despegó del aeródromo de Palmdale, recorrió unos 36 kilómetros sobre el desierto del sur de California y terminó con un aterrizaje exitoso en la Base Aérea Edwards. Las imágenes y datos de la misión han sido difundidos por IFLScience.
             
        
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El vuelo histórico: detalles clave de la primera prueba
Este hito busca demostrar la viabilidad del concepto en condiciones reales. El X-59 despegó desde Palmdale, atravesó 36 kilómetros sobre el desierto californiano y aterrizó en Edwards AFB. La misión está centrada en estudiar si la aeronave puede volar a Mach 1.4 (aproximadamente 1490 km/h) sin generar el tradicional boom sónico.
                
            
Diseño para el silencio: cómo la forma del X-59 cambia la física del vuelo
Con una longitud de casi 30 metros, la aeronave recuerda a una maqueta de papel gracias a su morro afilado. Su perfil estrecho y la nariz alargada ayudan a disipar las ondas de presión. Este diseño transforma el estallido en un sonido mucho más suave, acercando la posibilidad de vuelos supersónicos sobre tierra.
                
            
Por qué importa: el impacto del boom sónico en ciudades y fauna
Los vuelos supersónicos tradicionales generan potentes ondas de choque que producen un estruendo semejante a un trueno. Este ruido ha generado preocupaciones sobre su impacto en ciudades, fauna e infraestructuras. Al reducir ese boom, el X-59 podría abrir la puerta a rutas más rápidas sin perturbar comunidades ni ecosistemas.
                
            
Qué sigue: el futuro de la aviación supersónica y sus retos
Aún quedan vuelos de prueba y análisis de datos para confirmar seguridad, rendimiento y efectos ambientales. NASA y Lockheed Martin esperan que este enfoque de diseño marque un nuevo estándar para el transporte supersónico. Si los resultados respaldan estas promesas, podríamos escribir un nuevo capítulo en el viaje por aire: más velocidad, pero mucho menos ruido.
                
            
