La muerte de Stanley Kubrick: murió en su sueño por un infarto, rodeado de secretos, mientras trabajaba en su película más enigmática.
La versión oficial dice que Stanley Kubrick murió en su sueño, a causa de un infarto, el 9 de marzo de 1999, en su mansión inglesa, a unos 32 kilómetros al norte de Londres, mientras trabajaba en su último y más enigmático filme, Ojos bien cerrados. Kubrick ejercía un control casi total sobre la producción: no permitía que los ejecutivos de la industria vean el material hasta que estuviera terminado. Cuando concluyó el guion de Ojos bien cerrados, citó a los directivos en Londres para leerlo, pero no les permitió llevar una copia a casa. En vida, se alejó de Estados Unidos para vivir en Gran Bretaña en 1971 y nunca regresó a una vida pública en su país. Durante años llevó una existencia de silencio, como si temiera algo sin nombre.
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Un genio que huyó de Estados Unidos: libertad creativa total y vida de retiro en la sombra.
Kubrick emigró de Estados Unidos a Gran Bretaña en 1971 y no volvió a presentarse en su país de forma habitual. Durante años llevó una vida de retiro, claramente temeroso de algo. En lo creativo, mantenía una libertad absoluta: controlaba desde el inicio hasta el final, y no permitía a los estudios ver su trabajo hasta que estuviera terminado. Cuando terminó el guion de Ojos bien cerrados, convocó a los directivos en Londres para leerlo, pero no permitió que se lo llevaran a casa.
Advertencias, llamadas y venenos: la noche de la muerte y las confesiones de Nicole Kidman.
Se dice que Kubrick sufrió un infarto en la noche. Nicole Kidman, en julio de 2002, en una entrevista con National Enquirer, dijo que Kubrick la llamó dos horas antes de morir y le pidió que no fuera a Hertfordshire, porque “todos nosotros seríamos envenenados tan rápido que ni siquiera tendríamos tiempo de estornudar”. Tras esas revelaciones, la prensa europea publicó especulaciones de que Kubrick podría haber sido envenenado por sociedades secretas que reúnen a la élite económica, política y cultural.
El ritual de la élite, la censura y la sombra de la conspiración.
En la película, la escena central muestra un ritual de la élite en una mansión de los Rothschilds cerca de Nueva York. Kubrick quería demostrar que las sociedades secretas gobiernan el mundo actual. Por ello, la Asociación Americana de Propietarios de Cines demoró el estreno de la película casi cuatro meses. Con su ausencia, las escenas de la reunión fueron fuertemente recortadas y se intentó distraer al público con disputas sobre la desnudez de algunas escenas eróticas. Cabe señalar que Heath Ledger murió de forma similar poco después; la víspera de su fallecimiento, llamó a un amigo periodista del National Enquirer para insinuar que sabía algo importante sobre el cine contemporáneo.
Mitos, teorías y la pregunta que persiste.
Entre las teorías, Hardy Mantellans, en su libro ¿Quién mató a Stanley Kubrick?, acusa a las sociedades secretas de haber provocado su muerte. El 'Culto de la Muerte de Saturno', señala, sería un grupo secreto de celebridades y élites políticas y empresariales que realizan ritos y, supuestamente, sacrificios humanos; entre sus supuestos miembros figurarían Jack Nicholson y Tom Cruise. Existe una versión que Kubrick filmaba una supuesta misión lunar falsa. En 2015, Patrick Murray publicó una videoentrevista grabada hace 15 años, en la que supuestamente el director admite que las imágenes de la llegada a la Luna son falsas. La viuda del director, la actriz alemana Chrstiane Kubrick, declaró públicamente que Nixon, inspirado por 2001: Una Odisea del Espacio, llamó para “salvar la honra y la dignidad de Estados Unidos” y forzar la farsa de la misión lunar. El tabloide británico The Sun sostiene que Kubrick temía a los servicios secretos estadounidenses; afirman que intentaron matarlo en 1979, cuando, a través de Jack Nicholson, le habrían entregado una botella de Stolichnaya con un psicodélico—la botella habría sido robada en un aeropuerto—y que veinte años después la suerte fue distinta. En cualquier caso, no hay pruebas concluyentes; podría tratarse de un doble o de una interpretación sensacionalista de la historia.