La lencería del futuro ya no quiere esconderse: luz, lujo y el cuerpo como lienzo
El sector de la lencería está dejando atrás la idea de que debe permanecer oculta. Corsés, bralettes y tops decorativos se vuelven protagonistas del look, y las transparencias dejan de ser una provocación para convertirse en norma estética. Las telas como redes y organza crean una sensación de desnudez elegante, sin perder la sofisticación. La lencería empieza a asemejarse a joyería: hilos dorados, perlas, cristales y cadenas adornan las piezas y elevan el lujo a un nuevo nivel. En el horizonte, podrían existir conjuntos hechos enteramente de materiales preciosos y estructuras que reflejan la luz, más que de telas convencionales.
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Del secreto a la declaración: el corsé y el bralette se vuelven protagonistas
El cambio es claro: la lencería ya no solo acompaña la ropa; subordina las capas superiores del vestuario y se erige como un elemento central del look. Corsés, bralettes y elementos decorativos pueden revelar la silueta con una nueva confianza, sin perder la delicadeza. La transparencia se integra como parte de una estética de capas, creando visuales complejos que conviven con la modestia y la elegancia.
Tecnología que respira: textiles con vida, LEDs y pantallas diminutas
LED y microOLED permiten una lencería que “respira”: cambia de color, de patrón y de efectos de luz. La prenda funciona como un lienzo digital, donde paisajes o patrones pueden moverse mediante gestos o una app. No es solo ropa: es un performativo, un medio para la autoexpresión que fusiona moda y tecnología en un organismo vivo.
Materiales que combinan ligereza, sostenibilidad y precisión
Spacer fabric aporta ligereza y transpirabilidad; power mesh fija la silueta sin que se vea. Los cortes láser crean acabados lisos y sin costuras. Se investigan tejidos con memoria que se adaptan al cuerpo y materiales que modifican su transparencia o tono según temperatura o estado de ánimo. Paralelamente, encajes biodegradables, fibras recicladas y algodón ecológico se están convirtiendo en la norma, no en la excepción; marcas como Stella McCartney Lingerie y iniciativas de Eres ya lo demuestran.
Entre lo real y lo digital: personalización, impresión 3D y el metaverso
AR, probadores virtuales y colecciones digitales hacen de la lencería parte del metaverso. Las impresoras 3D ya fabrican calzado y accesorios, y la lencería podría ser el siguiente paso: escanear el cuerpo de la clienta para imprimir un conjunto perfectamente ajustado. Las estructuras podrían esculpir la figura, no solo sostenerla. En el cruce entre lo real y lo digital, surge la posibilidad de prendas que existen simultáneamente en el cuerpo y en el mundo virtual, con máxima personalización.