La historia de la humanidad podría reescribirse tras descubrir un enterramiento de 4.000 años con un ritual desconocido
Un enterramiento aislado descubierto en Sudán está reformulando la comprensión de las primeras civilizaciones tras que los investigadores identificaran la primera evidencia de un ritual funerario desconocido que tuvo lugar hace casi 4.000 años. La tumba, descubierta durante una prospección arqueológica en 2018 en el desierto de Bayuda, en el noreste de Sudán, pertenecía a un hombre de mediana edad que vivió entre 2050 y 1750 a. C. Esto lo sitúa dentro del Reino de Kerma, una de las primeras civilizaciones nubias que vecindaba al antiguo Egipto. Aunque la tumba parecía modesta, contenía un recipiente cerámico cuyos contenidos sorprendieron a los arqueólogos. Dentro del recipiente se hallaban restos carbonizados de plantas, madera, huesos de animales, insectos y coprolitos. Los investigadores creen que estos fragmentos eran vestigios de un banquete funerario depositado durante el entierro. El coautor del estudio, Henryk Paner, arqueólogo del Polish Center of Mediterranean Archaeology de la Universidad de Varsovia, enfatizó la rareza del hallazgo. "We do not know of a similar case," Paner told Live Science, "and this is precisely what makes our discovery mysterious and even unusual, as we do not know the significance of this ritual."
Un enterramiento aislado en Bayuda: un hombre de Kerma y un ritual por desvelar
El estudio, publicado el 13 de noviembre en la revista Azania, describe la tumba como un montículo ovalado simple. Bajo él yacía el esqueleto del hombre, dos vasijas cerámicas colocadas detrás de su cabeza y 82 cuentas de disco azul vidriadas alrededor de su cuello. Paner explicó que estos elementos eran típicos para la región. "The burial mound is not particularly impressive, and the grave goods, including beads and ceramic vessels, are quite common," he said. Sin embargo, el contenido de una de las vasijas es inusual, indicó, posiblemente "relics of the fire associated with a funeral ritual." El jarrón de tamaño mediano contenía madera de acacia, legumbres que probablemente correspondían a una lenteja y un frijol, granos de cereal y varias gorgojos que probablemente viajaron con las plantas almacenadas. Huesos de animales dentro del recipiente probablemente provinieron de la comida consumida durante un banquete funerario. Como escribieron los investigadores, "The bones in question are likely evidence of consumption during a funeral feast, some of the remains from which were then thrown into the fire." La materia vegetal carbonizada también reveló que el entorno alrededor del sitio de enterramiento era una sabana más húmeda en el pasado, en lugar del desierto que se ve hoy. Los investigadores señalaron que "even a seemingly modest site" like this isolated grave "can provide important clues for reconstructing past environments and climates." La segunda vasija cerámica descubierta en el enterramiento fue colocada boca abajo y se halló vacía. Esta es la primera tumba del Reino de Kerma en mostrar evidencia de tal ritual. La ausencia de hallazgos similares puede reflejar intercambios culturales complejos a lo largo de África. Según los investigadores, se necesita más trabajo para entender cómo bienes, creencias y prácticas se movían a través de la región, un proceso que podría ampliar o incluso reescribir partes de la historia humana.