La basura, el nuevo petróleo: un mercado de 2.3 billones de dólares para 2030, alimentado por las calles
El mundo ha encontrado una economía oculta: la basura como oro. Mientras la atención se centra en petróleo, gas y finanzas, surge una industria de valor descomunal que opera sin llamar la atención. Según el World Bank, la humanidad ya produce más de 2 mil millones de toneladas de residuos cada año; para mediados de siglo esa cifra rozará las 3.8 mil millones. Es como 3800 torres Eiffel enterradas bajo basura cada año. Este flujo ya alimenta a corporaciones y, sí, a redes mafiosas.
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La promesa del reciclaje: sólo una fracción se recicla
La idea de que separar los residuos garantiza que todo se recicla suena bien, pero la realidad es otra. Según la OECD, solo el 9.5% del plástico se recicla a nivel mundial; en EE.UU. ese porcentaje ronda el 6%. Incluso en países con leyes estrictas, raramente supera el 20%. En comparación, el aluminio se recicla 20 veces más eficiente porque la re-moldeo consume hasta un 95% menos de energía. Aun así, gran parte de envases plásticos y bolsas terminan en vertederos o en incineradoras. Los cubos de colores, más que solución, parecen una terapia para la ciudad.
El vertedero: una impresora de ingresos para ciudades
Un vertedero no es solo un agujero en la tierra: es una máquina de dinero. En EE. UU., la tarifa de enterramiento promedio, el tipping fee, es de 69 dólares por tonelada; en Europa, entre 80 y 150 euros; y en el Reino Unido, el impuesto al vertedero supera las 100 libras por tonelada. Multipliquen por millones de toneladas y obtendrán un flujo estable que no depende de la bolsa ni del precio del petróleo. Waste Management, el mayor operador de EE. UU., indicó en 2024 que el 37% de su EBITDA provino de enterramientos. Nueva York moviliza más de 14 millones de toneladas de residuos al año, con un coste para el presupuesto de aproximadamente 2 mil millones de dólares. Para las ciudades, la basura es un gasto; para los operadores, un ingreso garantizado.
La maquinaria de la ganancia: inversiones y contratos que sostienen el negocio
Este negocio funciona como una máquina de crecimiento para inversores y cabildeo. Las acciones de Waste Management (WM) se han disparado más de 3,900% desde los años 90. Hoy, la acción cotiza en torno a los 216 dólares y su capitalización ronda los 87 mil millones, comparable con BP. En épocas de crisis para otros sectores, la basura siguió subiendo. Existe un sistema llamado ‘put-or-pay’: una ciudad firma un contrato para entregar, por ejemplo, 500 mil toneladas al año. Si los ciudadanos logran reducir residuos, la ciudad aún debe pagar por esa entrega. Este modelo opera en Europa y EE. UU., y empuja a las autoridades a apostar por nuevos incineradores para no perder ingresos. Cuanto más intentamos ser ecológicos, más fuerte es el interés en mantener el flujo de dinero.
Un mapa global de la basura: China cierra puertas y la economía del residuo se reubica
A partir de 2018, China prohibió la importación masiva de residuos con su política ‘National Sword’, y millones de toneladas se desbordaron hacia Turquía, Malasia, Indonesia y Ghana. Europa, que dependía del reciclaje hacia China, se vio obligada a construir sus propias plantas de clasificación. Muchos aún buscan atajos y exportan residuos a África. Se ha generado una redistribución global de la suciedad: el Norte rico evita el problema; el Sur pobre termina soportándolo. Las vertederos también son fábricas de metano: en EE. UU. representan 16.9% de las emisiones de este gas, que es 80 veces más dañino que el CO2. Los proyectos de capturar y vender gas de vertedero como ‘combustible verde’ ya se organizan y podrían valer miles de millones. En Rusia, el mercado de residuos mueve más de 500 mil millones de rublos al año. Desde 2019 existe una reforma que creó monopolios regionales para la recolección, transporte y vertederos, reduciendo la competencia y elevando tarifas. Aun así, solo se recicla alrededor del 7% y el 90% acaba en vertederos; las protestas en Volokolamsk (2017–2018) mostraron que la basura también es una bomba social. En la UE, el reciclaje ronda el 23%; en Países Bajos es inferior al 3%. Si no cambiamos de rumbo, para 2050 habrá 3.8 mil millones de toneladas de residuos al año y costos globales de aproximadamente 640 mil millones. La basura, dicen, es la nueva idea de petróleo: se quema una vez, pero se produce todos los días. Nota: llevo cinco años escribiendo en Telegram para traer información que no llega a las noticias: filtraciones, números y análisis directo al lector.