«Hombre muerto» aparece en su propio funeral y grita: ¡Estoy vivo!
Un funeral se convierte en escena de misterio cuando un hombre que todos creían muerto irrumpe en la ceremonia y, con voz firme, afirma: ¡Estoy vivo! Este momento dejó a la congregación atónita y a la policía preguntándose quién estaba realmente muerto. Según la crónica, un joven de 22 años fue arrollado por un camión de caña el jueves 18 de septiembre. La investigación inicial consideró la posibilidad de suicidio, pero la fiscalía clasificó el caso como homicidio culposo y ordenó una autopsia. Al día siguiente, una mujer se presentó en la comisaría afirmando ser la madre del fallecido. Dijo haber reconocido el cuerpo por la ropa y rasgos, y las autoridades permitieron que el cadáver fuera entregado a la familia para un velatorio durante el fin de semana.
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El accidente y el inicio del misterio
Todo empezó cuando un joven fue atropellado por un camión de caña en la fecha señalada. Aunque en un principio se barajó la hipótesis de un suicidio, la Fiscalía clasificó el caso como homicidio culposo y ordenó una autopsia para confirmar la identidad. Al día siguiente, una mujer se presentó en la comisaría afirmando ser la madre del fallecido. Dijo haber reconocido el cuerpo por la vestimenta y algunas características, y las autoridades aceptaron entregar el cadáver a la familia para el velorio durante el fin de semana.
El regreso durante el oficio fúnebre
Durante la ceremonia, el hijo, cuyo nombre no se divulga en la nota, irrumpió para gritar ante la multitud que no estaba muerto. Dijo haber estado fuera varios días en Alderetes, al norte de Córdoba, y haber estado ajeno a lo que ocurría en casa. El joven fue llevado a la comisaría para ser interrogado, mientras el cuerpo volvía al morgue para confirmar su identidad. Más tarde se determinó que el cadáver pertenecía a Maximiliano Enrique Acosta, de 28 años, vecino de Delfín Gallo.
Un fallo administrativo y la frustración de la familia
La familia de Maximiliano recibió el cuerpo correcto, pero no sin una serie de errores. En un primer momento, les mostraron un cuerpo distinto; Hernán, hermano de Maximiliano, afirmó que todo estuvo mal desde el principio. También dijo que les entregaron el cuerpo sin identificación adecuada y que tuvieron que ir dos veces al morgue para la verificación.
La investigación y las preguntas que quedan
La Fiscalía inició una investigación interna para determinar cómo se produjeron los errores. Este caso plantea preguntas sobre los protocolos de identificación de cuerpos y el trato a las familias en momentos de duelo. Mientras se esclarecen los hechos, la comunidad y la familia quedan marcadas por un giro que desafió la realidad y la sensibilidad humana.