Hasta 60,000 millas con tus discos de freno… ¿y después?
La duración de los discos de freno depende de cómo conduces. Quienes viajan principalmente por autopista pueden alcanzar hasta 60,000 millas antes de que los discos se vuelvan demasiado delgados, se deformen o presenten surcos profundos. Los conductores que pisan el pedal con intensidad, especialmente en carreteras rápidas, desgastan más rápido los frenos y pueden necesitar reemplazos de discos cada 20,000 millas. Además, muchos coches modernos usan discos de acero más fino para reducir el peso no suspendido, lo que reduce la durabilidad.
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Qué decide la longevidad de un disco de freno
Todo depende del tipo de vehículo y de tus hábitos de conducción. La mayoría de los discos son de acero y, en general, son sorprendentemente duraderos; resisten la deformación por calor y presión. Sin embargo, muchos coches modernos tienen discos más finos para reducir el peso no suspendido, lo cual, a costa de la durabilidad, puede acortar la vida útil. El desgaste también varía con el diseño y el uso: un coche de alto rendimiento frente a un coche familiar.
Pastillas, desgaste y resurfacing: ¿cuándo cambiar los discos?
Reemplazar las pastillas en sus intervalos recomendados, típicamente entre 35,000 y 80,000 millas, ayuda a extender la vida de los discos. Las pastillas orgánicas tienden a desgastarse más rápido que las cerámicas, por lo que tu kilometraje puede variar. El resurfacing (lijado de la superficie) es más barato que comprar discos nuevos, pero no todos los discos son aptos para este proceso. Si los discos han superado el mínimo de descarte, conviene cambiarlos. Costos orientativos: reemplazo de discos por eje entre 250 y 500 USD; discos de 40–80 USD cada uno. El resurfacing cuesta alrededor de 15–45 USD por disco, sin incluir instalación.
Señales de que tus discos ya no dan más
Los signos pueden ser visibles: surcos, óxido o manchas de calor azuladas en la superficie del disco. Vibraciones o pulsaciones al pisar el freno. Rendimiento de frenado deficiente, ruidos de rozamiento o crujidos, y un volante que tiembla al frenar. No siempre es necesario resurfacing con cada cambio de pastillas; reemplázalos si están gastados, deformados o con óxido que cause preocupación. Haz que un mecánico revise los frenos en cada cambio de aceite, especialmente comprobando el espesor de las pastillas para evitar dañar los discos.
Guía práctica para el coche promedio
Para un coche de uso diario como un Toyota Corolla o un Honda CR-V, no hay razón para cambiar los discos cada vez que cambias las pastillas si están en buen estado. La superficie del disco debe ser suave y sin surcos; el espesor debe estar por encima del mínimo indicado en el buje o en el conjunto de discos. La resurfacing puede ser una opción si el disco está en buen estado y no ha caído por debajo del mínimo; si no, hay que reemplazarlo. Conduce con precaución y haz revisar los frenos en cada cambio de aceite para asegurarte de que no se dañen los discos cada vez que detienes el coche. Si tienes un coche de alto rendimiento o exótico, consulta el manual del propietario, porque podría requerirse una revisión de frenos con cada cambio de pastillas e incluso un reemplazo completo de discos.