El portaaviones más caro del mundo toma rumbo al Caribe: Trump desata una ofensiva que podría redefinir la seguridad hemisférica
Trump ha ordenado que el USS Gerald R. Ford, la nave de guerra más cara del mundo, valorada en unos 20.000 millones de dólares, se incorpore al despliegue del Comando Sur en el Caribe. El buque de 1.090 pies de eslora puede llevar más de 75 aeronaves y opera dentro de un grupo de ataque que incluye un crucero, tres destructores y nueve escuadrones aéreos. El Pentágono afirmó que este despliegue “ampliará y reforzará” las capacidades para interrumpir el tráfico de narcóticos y desmantelar a los cárteles. Este movimiento coloca a Estados Unidos con una fuerza de 100.000 toneladas desplegada en el Caribe, la mayor presencia desde la Guerra Fría, con submarinos nucleares, F-35, MQ-9 Reaper, P-8 Poseidon y bombarderos B-52. En este contexto, Trump declaró que Estados Unidos se encuentra en un “estado de conflicto armado” con los cárteles, lo que otorga a los mandos amplios poderes para cazar traficantes incluso fuera de aguas estadounidenses.
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Despliegue récord en el Caribe: la Ford se integra a un grupo de ataque de élite
La Ford se incorpora a la mayor fuerza desplegada por Estados Unidos en el Caribe desde la Guerra Fría. Forma parte de un grupo de ataque que incluye un crucero, tres destructores y nueve escuadrones aéreos, capaz de desplegar más de 75 aviones. La presencia de la flota equivale a unas 100.000 toneladas de potencia de combate y es parte de una estrategia de presión que supera los límites de las aguas nacionales. El anuncio también señala la creación de una nueva fuerza de tarea conjunta bajo el US Southern Command, para coordinar operaciones en la región. Algunos legisladores demócratas advierten que el presidente podría actuar sin un marco legal claro, lo que ha generado debates sobre los límites de la autoridad presidencial en el extranjero.
Estado de conflicto armado y dilemas legales: la expansión de la lucha contra el narcotráfico
Trump afirmó que EE. UU. está en un estado de conflicto armado con los cárteles, lo que permitiría a las autoridades perseguir y neutralizar a traficantes en cualquier lugar. Para coordinar estas operaciones, el Pentágono creó una nueva fuerza de tarea conjunta liderada por US Southern Command, con la II Marine Expeditionary Force a cargo de la supervisión de operaciones. El secretario de Guerra Pete Hegseth afirmó que los ataques buscan igualar la eficacia con la que se combate a otros grupos extremistas, diciendo: “If you are a narco-terrorist smuggling drugs in our hemisphere, we will treat you like we treat Al-Qaeda. Day or NIGHT, we will map your networks, track your people, hunt you down, and kill you.” Oficialmente, desde principios de septiembre se han realizado diez ataques letales contra buques de contrabando, dejando 43 personas muertas. Además, se menciona el MV Ocean Trader, un buque fantasma convertido para misiones encubiertas, desplegado en el Caribe.
Contexto regional y dudas sobre el marco legal: Maduro, CIA y la escalada militar
En Venezuela, el presidente Nicolás Maduro responde con propaganda y moviliza fuerzas mientras acusa a Estados Unidos de pretender invadir el país. Maduro afirma haber movilizado “millones” de tropas, mientras acusa a Trump de ser “un fascista sediento de sangre” y de planear una invasión. Los analistas señalan que la magnitud real de las fuerzas de Maduro podría no igualar la maquinaria militar estadounidense, y que el conflicto podría verse limitado por cuestiones logísticas y legales. El Pentágono anunció la creación de un nuevo mando anticrimen para América Latina, mientras se confirma que Admiral Alvin Holsey dejará su cargo a finales de año, una noticia que inquieta a algunos legisladores demócratas. La administración también ha dejado entrever que la CIA podría realizar operaciones secretas en Venezuela, lo que ha generado preguntas sobre la legalidad y el alcance de estas acciones.