El niño imán de Omsk: a su pecho y espalda se adhieren cucharas, tenedores y sartenes de hasta un kilogramo — ¿superpoderes o pura física?
Un niño de siete años de la ciudad de Omsk sorprendió a médicos y periodistas cuando cucharas, tenedores e incluso sartenes que pesaban hasta un kilogramo se pegaban a su pecho y a su espalda. Sus familiares lo apodaron “el niño-imán”. En la década de los 90, historias así se veían a diario en la televisión y en las páginas de los periódicos. ¿Estamos ante una fuerza extraordinaria o ante un fenómeno que la ciencia puede explicar?
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Un fenómeno conocido: el fenómeno no es único ni nuevo
Este fenómeno, conocido como los “hombres-imán”, no es exclusivo de un solo caso: a lo largo de los años se han reportado historias en Rusia, Kazajistán, Serbia y Malasia. Hay ejemplos de niños que sostienen decenas de cubiertos adheridos a su cuerpo, y de adultos que pueden sostener una plancha de hierro de más de cien kilos. En el Libro Guinness de los Récords figura Etibar Elchiev, un kickboxer georgiano, que consiguió mantener 53 cucharas sobre sí. A primera vista, parece que hay un magnetismo interior, pero la ciencia tiene otra explicación.
No hay magnetismo real: la ciencia detrás del fenómeno
Los científicos han observado que, aunque el cuerpo puede emitir un campo magnético, este es extremadamente débil: alrededor de 10⁻¹³ teslas, unas 500 millones de veces más débil que el campo magnético de la Tierra. Un estudio de la Universidad de Tecnología de Malasia mostró que el famoso “hombre-imán” Liu Tou Lin no tenía magnetismo; su adhesión se debía a una piel muy lisa y pegajosa, que le permitía sujetar objetos solo con el cuerpo. No se encontró un campo magnético alrededor de él. La explicación real es la fricción y las propiedades de la piel, no un magnetismo.
Tres factores que explican la adherencia
1) Lipidez y topografía de la piel: cuando la piel es lisa y está húmeda, las superficies pueden adherirse por fuerzas de Van der Waals, enlaces de hidrógeno y dipolo-dipolo. Cuanto mayor la energía superficial y mayor la superficie de contacto, mayor la adherencia.\n\n2) Secreciones de la piel: el sebo rellena microgrietas y rugosidades, mejorando el agarre.\n\n3) Inclinación del cuerpo: un ligero traspié hacia atrás reduce la fuerza de la gravedad.\n\nExperimentos del ilusionista James Randi mostraron que, al espolvorear el cuerpo con talco, las “llegadas” de la adherencia desaparecían. Poner una lámina de papel entre el cuerpo y el objeto también eliminó el efecto en algunos casos; esto demuestra que no hay un campo magnético real.
Cuándo preocuparse y cuál es la verdadera magia
Para la mayoría de los niños, la adherencia es, en general, una curiosidad inofensiva. Sin embargo, una piel excesivamente húmeda puede indicar problemas de salud como hiperhidrosis, desequilibrios hormonales, deficiencia de vitamina D, enfermedades de tiroides o diabetes. En algunos casos la piel pegajosa acompaña infecciones o enfermedades genéticas, como la fibrosis quística. Si la adherencia aparece acompañada de dolor, lesiones o objetos pesados pegados al cuerpo, conviene consultar a un médico. A fin de cuentas, la verdadera magia está en la ciencia: entender lo extraño y mantener la capacidad de asombro ante lo simple.