No Image x 0.00 + POST No Image

El juego del Calamar de la pobreza: la nueva trampa en China que promete premios millonarios a los más vulnerables

SHARE
0

Un sombrío fenómeno recorre las redes en China: una versión del famoso juego extremo que se dirige a los más vulnerables, los desempleados y las personas con deudas. Las ofertas prometen premios de hasta 859,000 yuanes (unos 10,4 millones de rublos) si logras superar una prueba de autodisciplina. La prueba se desarrolla en una habitación de hotel bajo vigilancia constante, durante 26 días, sin poder ocultar el rostro ni un solo momento. La publicidad presenta la prueba como algo simple y manejable: se puede leer, dibujar, tejer o simplemente disfrutar de la vista desde la ventana. Sin embargo, la realidad es brutal y brutalmente cruel para quienes ya están al límite.

El juego del Calamar de la pobreza: la nueva trampa en China que promete premios millonarios a los más vulnerables

La historia de Zhang: de la deuda a una trampa

Zhang era pobre y ahogado por deudas cuando se topó con la oferta desesperada: si permanece 26 días en la habitación sin ocultar el rostro, ganará 859,000 yuanes. Se registró y pagó una cuota de inscripción de 6.900 yuanes. La prueba, sin embargo, resultó un infierno. En la primera tentativa fue descalificado en menos de 24 horas por cubrirse el rostro por más de tres segundos. En la segunda, falló al apartar la mirada mientras preparaba la cama. En la tercera, lo sancionaron por tocar una botella de cerveza, ya que no debía tocar el alcohol durante la prueba. Tras varios días de intentos, Zhang terminó pagando más de 20.000 yuanes y no obtuvo premio alguno, quedando aún más endeudado y sintiéndose engañado.

La historia de Zhang: de la deuda a una trampa

Reglas imposibles y promesas engañosas

Las reglas parecen fáciles en el anuncio, pero ocultan un conjunto de normas prácticamente imposibles de cumplir: permanecer en la habitación los 26 días, no usar dispositivos electrónicos, no comunicarse con nadie, no cubrir el rostro en ningún momento, no moverse y no tocar las cámaras. En la publicidad se sugiere que la prueba es ligera: ‘puede leer libros, dibujar, tejer o disfrutar de la vista desde la ventana’. En la práctica, cada descalificación llega por errores mínimos, y los participantes terminan pagando cuotas repetidamente sin ganar nada real.

Reglas imposibles y promesas engañosas

El negocio de la desgracia: transmisiones y promesas en Douyin

No se trata solo de un juego privado. Varias compañías difunden estas pruebas en vivo y publican clips cortos que muestran conductas desesperadas o extrañas de los participantes. En Douyin, este año surgieron decenas de cuentas que promocionan estas pruebas, convirtiendo la desgracia en entretenimiento para audiencias que buscan likes y adrenalina. Las historias de éxito, cuando ocurren, son espectaculares: premios que cambian vidas. Pero son excepcionales; lo habitual es que los aspirantes paguen cuotas y sean descalificados por fallos menores, quedando todavía más endeudados. Así, lo que parecía una ruta hacia la redención se transforma en una maquinaria de explotación y espectáculo.

El negocio de la desgracia: transmisiones y promesas en Douyin

Una ética en juego: la economía de la atención y la explotación

Este fenómeno ha ganado una enorme popularidad este año, con decenas de cuentas promocionando estas pruebas en Douyin. Es un cinismo extremo que recuerda a la narrativa del “Juego del Calamar”, pero con víctimas reales. La pandemia de ofertas engañosas se alimenta de la vulnerabilidad, de la deuda y de la necesidad de un futuro mejor para quienes apenas lo sostienen. La pregunta queda en el aire: ¿hasta dónde llegará la explotación de la desesperación por likes y dinero? ¿Qué debe cambiar en las plataformas, las regulaciones y la responsabilidad social para frenar este juego cruel? ¿Intentarías participar? Suscríbete y comenta.

Una ética en juego: la economía de la atención y la explotación