Cuando la aguja falla: las zonas de oscuridad magnética que desafían a la navegación
El compás, ese instrumento milenario, funciona gracias a un campo magnético que guía la aguja hacia el norte magnético. Pero hay regiones enteras del mundo donde su aguja se vuelve impredecible: zonas de oscuridad magnética. En estas áreas, las líneas del campo se vuelven casi verticales y la aguja puede inclinarse, quedarse atascada o girar sin control. Estas zonas están reflejadas en el World Magnetic Model y señaladas por la NOAA/NCEI para quien navega con precaución.
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La polaridad y la maldición de las zonas cercanas a los polos
La brúja funciona porque la aguja se alinea con el campo magnético de la Tierra, apuntando al norte magnético. Cerca de los polos, las líneas del campo son prácticamente verticales hacia el interior del planeta, lo que hace que la aguja se incline, se atasque o gire sin una dirección fiable. Estas zonas de oscuridad magnética cubren extensas superficies y quedan reflejadas en el World Magnetic Model, la carta oficial del campo magnético de la Tierra.
Kursk: una región que distorsiona las brújulas
En el oeste de Rusia, la región de Kursk contiene un alto contenido de hierro que distorsiona el funcionamiento de los compases. Este fenómeno fue documentado por primera vez en el siglo XVIII durante trabajos de topografía, dejando claro que la geología local puede engañar incluso a herramientas simples.
Bangui y la sombra magnética: ¿un meteorito cambió la Tierra?
En la República Centroafricana, alrededor de Bangui, existe una anomalía magnética local aún poco estudiada. Una de las hipótesis la vincula con la caída de un antiguo meteorito: un gran impacto podría haber alterado la estructura de la corteza y las propiedades de los minerales, cambiando así el campo magnético de la zona.
En órbita: ¿también falla la brújula en el espacio?
La magnetosfera de la Tierra se extiende decenas de miles de kilómetros, formando un escudo que rodea el planeta. Teóricamente, un compás podría funcionar cerca de la Tierra, pero en órbita sus lecturas se vuelven inestables debido a un campo débil y heterogéneo, y a la influencia del viento solar que altera las líneas de campo. Por eso los astronautas no usan brújulas y confían en sistemas de navegación modernos para orientarse en el cosmos.