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Cráteres de gas en Siberia: un misterio de 30 m de diámetro y más de 50 m de profundidad, exclusivo de Yamal y Gydan

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En el extremo noroeste de Siberia, agujeros en el permafrost han desconcertado a la ciencia desde 2014. El primer cráter fue descubierto en la península de Yamal y mide aproximadamente 30 metros de diámetro y más de 50 metros de profundidad, rodeado de material expulsado que sugiere orígenes explosivos. Sus paredes, casi verticales, dan la sensación de haber sido excavadas por máquinas. Estos cráteres se conocen como cráteres de emisión de gas (GECs). A lo largo de los años, las teorías han oscilado entre explosiones de gas e impactos meteoríticos. Recientemente, un equipo de geociencias de la Universidad de Oslo propone un modelo nuevo que podría explicar por qué aparecen precisamente aquí y no en otros lugares del permafrost ártico.

Cráteres de gas en Siberia: un misterio de 30 m de diámetro y más de 50 m de profundidad, exclusivo de Yamal y Gydan

Hasta ahora, lo que sabemos: GECs y su origen aparente

El primer hallazgo fue en 2014, en la península de Yamal; los cráteres miden alrededor de 30 metros de diámetro y más de 50 metros de profundidad, y están rodeados de ejecta que sugiere orígenes explosivos. Estos hoy se llaman cráteres de emisión de gas (GECs). Durante años, las teorías han oscilado entre explosiones de gas y posibles impactos. El geocientífico Helge Hellevang y su equipo sostienen que los GECs están alimentados por gas atrapado en el permafrost, pero que el fenómeno no puede explicarse solo con procesos internos del permafrost. En palabras del equipo: “Si procesos internos del permafrost, impulsados por el cambio climático, fueran responsables de las erupciones, se esperaría que los GECs también se formaran en otras áreas con hidratos de gas, hielo del suelo o criopesos. Esto no es así.” También añaden: “El volumen de cavidades llenas de gas necesario para explicar la formación de GECs y el material expulsado no es probable que se forme solo por procesos internos del permafrost.”

Hasta ahora, lo que sabemos: GECs y su origen aparente

La nueva propuesta: calor y gas desde abajo, no solo del permafrost

La propuesta del equipo es que el calor y el gas natural que provienen de profundidades por debajo del permafrost, a través de fallas geológicas en la roca, serían necesarios para generar la fuerza suficiente que provoque una explosión subterránea. Este escenario encaja con el hecho de que las penínsulas de Yamal y Gydan se sitúan sobre una de las reservas de gas más grandes del mundo. El cambio climático también podría facilitar estas erupciones al exponer más rápidamente el gas: la formación de lagos debilita el permafrost y abre una “tapa” mucho más delgada para que el gas irrumpa. Aun así, el modelo debe ser probado contra mediciones reales.

La nueva propuesta: calor y gas desde abajo, no solo del permafrost

¿Por qué solo en estas penínsulas?

La respuesta podría estar en la geología profunda: fallas, grandes reservas de gas y un sistema rocoso cargado de gas bajo la superficie. La hipótesis propone que el combustible y el calor emergen desde abajo, no únicamente desde el permafrost, lo que haría que la particularidad de Yamal y Gydan derive de su geología y su cercanía a grandes reservas de gas. Este encaje geológico podría explicar por qué estas formaciones aparecen en estas zonas concretas del Ártico.

¿Por qué solo en estas penínsulas?

Lo que falta por comprobar y qué significa

El modelo actual aún debe ser contrastado con mediciones del mundo real para verificar su validez. El estudio, publicado en Science of the Total Environment, propone una explicación convincente, pero requiere datos de campo para confirmarla. Si se confirma, podríamos entender mejor la interacción entre gas natural, calor geológico profundo y permafrost, y quizá finalmente esclarecer el enigma de estos cráteres.

Lo que falta por comprobar y qué significa