Con 42 años gasta miles en vallas para anunciar que quiere casarse: 'Quiero enamorarme'
Lisa Catalano, una vendedora de ropa vintage de San Mateo, California, cree en el amor a primera vista y está invirtiendo en publicidad para encontrarlo. Coloca doce vallas digitales a lo largo de la autopista 101, cubriendo 45 millas entre Santa Clara y San Francisco, para invitar a un futuro esposo a contactarla. «No es un chiste. No es una ocurrencia. Es un esfuerzo serio y autofinanciado», dice. «Solo quiero encontrar a mi marido». Además de las vallas, también coloca anuncios en taxis para llegar a más conductores.
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Una campaña de amor a todo gas: 45 millas de vallas y un sitio de citas
La campaña dirige tráfico a MarryLisa.com, su sitio de citas personalizado, donde los posibles pretendientes pueden postularse. El costo de cada anuncio varía según la oferta, la hora y la ubicación, un sistema de precios dinámicos. Catalano explica que su objetivo es serio y que no se trata de un truco. No revela cuánto ha gastado, pero advierte que la inversión es significativa.
La reacción del público y su historia personal
A pesar de su determinación, ha recibido críticas en línea, con calificativos como 'insana' y 'delulu'. Después de una ruptura en abril y varias decepciones en apps de citas, no se rinde. «Quiero enamorarme. Solo quiero encontrar a mi marido».
Un fenómeno que va más allá de California
Catalano no está sola: hay otros casos de personas que invierten en su búsqueda de amor. Eve Tilley-Coulson, abogada de Los Ángeles, dijo que pagaría 5.000 dólares como 'tarifa de referencia' para encontrar a 'la persona indicada'. Mohamed Ibrahim, de Nueva Jersey, también compró vallas, incluso en Times Square, para hallar a su alma gemela. Estos anuncios muestran cómo el amor se cruza con la mercadotecnia en la era digital.
¿Qué nos dice este fenómeno sobre el amor en la era de la publicidad y las apps?
Catalano busca un hombre entre 35 y 45 años que comparta sus creencias religiosas y políticas y lleve un estilo de vida saludable. También debe estar de acuerdo con una relación monógama y no tener antecedentes penales. «Quiero enamorarme. Quiero casarme y formar una familia». «Tiene que existir ahí fuera». La pregunta final: ¿vale la pena gastar tanto para encontrar el amor? ¿Qué dice este fenómeno sobre la cultura de citas hoy?
