ChatGPT, la herramienta cotidiana que está cerrando la brecha de género y impulsando la productividad mundial
OpenAI publicó el mayor estudio hasta la fecha sobre cómo se usa ChatGPT: un análisis de 1,5 millones de conversaciones y 700 millones de usuarios activos semanales. Este hallazgo revela que la IA se está integrando cada vez más en la vida diaria. La brecha de género en el uso de ChatGPT se está reduciendo: la participación de usuarias pasó del 37% en enero de 2024 al 52% en julio de 2025. OpenAI describe estos datos como una señal de la democratización de la IA y del hecho de que el acceso a la tecnología ya puede verse como un derecho básico.
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La mayor parte de las conversaciones son prácticas: buscar información y recibir recomendaciones
El 75% de las conversaciones con ChatGPT se centra en objetivos prácticos: buscar información y recibir recomendaciones. Casi la mitad de todos los mensajes (49%) son 'solicitudes' (asking), lo que indica que las personas ven a ChatGPT principalmente como asesor. Un 40% de los usos corresponde a 'acciones' (doing): redactar textos, planificar tareas o programar. Este patrón sugiere que la IA está dejando de ser solo una curiosidad y se está convirtiendo en una aliada para la acción cotidiana.
Productividad y vida personal: el doble rostro de la IA
La investigación también identifica que aproximadamente el 30% del uso se relaciona con el trabajo y el 70% con fines personales. Este reparto destaca la doble función de la IA: potenciar la productividad laboral y acompañar la vida diaria. Además, la IA genera un valor económico real que no siempre se refleja en el PIB, pues su impacto llega a hogares y procesos empresariales.
Democratización de la IA: adopción récord en mercados emergentes
El uso de ChatGPT crece en todo el mundo. En los países de ingresos bajos y medios, la adopción avanza四 veces más rápido que en las naciones más ricas. OpenAI ve en esto una confirmación de su misión de democratizar la IA, tratando el acceso a la tecnología como un derecho básico.
Implicaciones para el futuro y las preguntas que quedan
En conjunto, estos hallazgos pintan un retrato de una IA ya integrada en la vida diaria y en el trabajo. Su doble función de aumentar la productividad y de apoyar la vida cotidiana ofrece oportunidades para reducir desigualdades, siempre que se invierta en alfabetización digital y acceso. Si la democratización se mantiene, la IA podría convertirse en un derecho básico y en una herramienta para crear valor real a escala global.