100 días bajo el agua: vivir en una cápsula de 9 m² a 9 metros de profundidad para entender el cuerpo humano
En 2023, Joseph Dituri, profesor de la Universidad del Sur de Florida, se propuso una pregunta radical: ¿qué sucede si una persona decide vivir en profundidad durante tres meses y medio? La respuesta llegó a través de una experiencia de 100 días dentro de Jules’ Undersea Lodge, a 9 metros de profundidad, en la laguna de Key Largo, Florida. La misión, puramente científica, buscaba entender los efectos del confinamiento prolongado bajo el agua sobre la salud para futuras misiones espaciales y estudios oceánicos. La casa submarina, de unos 9 m², era hermética; la presión de la esclusa impedía que entrara agua y la comida se entregaba por un conducto desde la superficie. Desde la sala de vida, dos cilindros separados albergaban una zona de dormitorio y una sala de cocina-estudio, con ventilación de alto oxígeno y acceso a internet para actividades en línea.
In This Article:
La casa submarina de 9 m²: estructura, presión y comida por conducto
El hábitat consistía en una estructura hermética de aproximadamente 9 m². En la cámara de esclusa se mantenía la presión necesaria para evitar filtraciones de agua. Los buceadores transportaban la comida a través de un conducto desde la superficie. La vivienda se componía de dos cilindros: una zona de dormitorio con cama y monitores; y una cocina-salón con un equipamiento mínimo. Las condiciones incluían ventilación con mayor concentración de oxígeno y acceso a internet para trabajar y comunicarse.
Impactos en el cuerpo y el microbioma: dolor articular, crecimiento del vello y mejoras inmunes
Entre los efectos secundarios reportados estaban dolores en las articulaciones y un crecimiento acelerado del vello. Sin embargo, también hubo beneficios sorprendentes: la inmunidad aumentó un 65%; el microbioma intestinal se adaptó a las condiciones; los procesos de envejecimiento se ralentizaron y las células funcionaban como las de una persona más joven. Además, el investigador recopiló datos sobre 114 especies marinas para investigaciones ecológicas.
Lecciones para la ciencia y el futuro: educación remota, visitas y aplicaciones médicas y espaciales
Dituri no dejó de enseñar durante la estancia: impartía clases a distancia desde la casa submarina. Al menos una vez por semana recibía visitas, principalmente colegas científicos; incluso su madre, de 80 años, viajó para verlo y aprendió a bucear para la ocasión. El experimento terminó con éxito. Con más de 28 años de experiencia en buceo y servicio en las fuerzas armadas, Dituri destacó el valor de los datos para medicina y oceanología. Las conclusiones son relevantes para la terapia hiperbárica y la preparación para vuelos espaciales de larga duración.